Antes que nada, quiero aclarar que, como siempre he dicho, la posesión blaugrana ha sido una de las claves del éxito de nuestro equipo. Más que eso, ha sido una de las señas de identidad. Pero precisamente por esto, por la importancia que tiene la posesión blaugrana, creo que es necesario hacer un análisis sobre la misma, una crítica constructiva, porque en ocasiones, cuando exageras una virtud, se convierte en un defecto. Y me parece que por aquí podemos comenzar a encontrar algunas de las claves de la derrota de nuestro equipo en San Siro.
Sobre la posesión blaugrana ya he comentado bastante, ya he dicho que para realizarla, hace falta una coordinación impresionante en los desplazamientos de los jugadores, que siempre deben estar bien colocados para recibir el pase del compañero. He dicho que la posesión ha sido clave, sobre todo, para mantener esa regularidad casi irreal que ha tenido nuestro equipo durante la época del guardiolismo. Y es que la posesión, como he dicho, es terapéutica: no hay mejor forma de curarse de las heridas, de los partidos perdidos, que con la posesión, pues te brinda una sensación de superioridad sobre el rival (aunque la posesión, no siempre, implica tener el control y el dominio del partido, y ya hablaré de ello más adelante). El que tiene el balón decide dónde se juega, decide el ritmo de la circulación del balón, y si tienes a un organizador como Xavi, que casi siempre decide bien, pues lo demás es más fácil...
Pero antes de continuar, quiero romper una lanza por Xavi Hernández, un jugador que ha sido muy criticado últimamente. Sí, vale, no realizó un buen partido en San Siro, estuvo impreciso, tuvo un acierto de pases por debajo del 80% (algo totalmente inusual en Xavi). Pero siempre he dicho que la 'culpa' de los pases fallidos no siempre es del emisor, que muchas veces, como ocurrió en San Siro, la circulación del balón se complica, se hace espesa, se ralentiza demasiado, porque los compañeros no se desmarcan adecuadamente. Yo no vi el partido desastroso de Xavi que muchos vieron, sino del todo equipo. El funcionamiento colectivo falló en muchas cosas. Sí es cierto que Xavi tuvo algunos fallos, más que en la elección de los pases, yo creo que el problema fue que se retrasó demasiado.
El Barcelona de Guardiola logró una regularidad casi irreal, gracias, en parte, a la gran aportación de Xavi. A que Xavi convirtió la posesión blaugrana en una ventaja táctica sobre los rivales. Siempre se jugaba al ritmo que Xavi quería (y que era siempre el más conveniente), siempre se jugaba por donde Xavi quería (y que era lo más conveniente para el equipo). No se trataba de tocar y tocar el balón, sino de hacerlo siempre con criterio. Se ralentizaba la circulación del balón para atraer al rival, y entonces, se aceleraba esa circulación. El pase horizontal no era defensivo, sino que servía para atraer al rival, y entonces, en el momento justo, en el momento más adecuado, los pases eran más agresivos, más verticales. Y quien siempre decidía, y decidía bien, era Xavi. Sin Xavi el Barcelona de Pep no hubiera sido el mismo, ni de broma. No sólo en el porcentaje de la posesión, sino sobre todo, en su efectividad.
Yo no entiendo las críticas tan injustas hacia Xavi. La verdad es que no las entiendo. Yo he criticado a Xavi, sí, porque me parece que la autocrítica, la crítica constructiva, es indispensable para el proceso de mejora continua que debe ser el fútbol. Yo he dicho que Xavi sufre en la presión alta, que es su Talón de Aquiles, y porque creo que es un tema muy delicado, muy importante, al que, sí o sí, se le debe encontrar una solución. Sin embargo, para mí, ver jugar a Xavi es siempre un placer, incluso ahora que, al parecer, aburre a algunos aficionados blaugranas. A mí Xavi nunca me aburrirá, nunca. Para mí, Xavi Hernández es de esos futbolistas que ya no hay, de los futbolistas talentosos de toda la vida. Es uno de los mejores organizadores de fútbol que he visto. Y tengo pendiente escribir una entrada sobre él...
Sin embargo, como digo, en San Siro vi un problema: la posesión blaugrana fue más defensiva que ofensiva, mucho más. No fue por culpa de Xavi, reitero, sino que fue producida por el funcionamiento de todo el equipo (por órdenes del banquillo, conjeturo). Como se ve en la imagen de la izquierda, contra el Milan se produzco un atasco por el centro del campo, no sólo el equipo jugó como un embudo (un problema que habrá que solucionar tarde o temprano, esperemos que más temprano), sino que todos los jugadores estaban jugando casi por detrás de la línea del balón. El Barcelona jugó donde el Milan quería que se jugara, entre el medio campo y la primera línea del Milan, la línea de centrocampistas, que estaba un poco más adelante que la línea de 3/4. Y la circulación del balón fue demasiado lenta, demasiado horizontal, no para atraer al rival, sino para que el Milan no hiciera daño... Y casi siempre que juegas a no perder, pierdes...
Y a mí me parece que se incurrió en el error de creer que el pase horizontal es más defensivo que el pase diagonal. Lo cierto es que no. Las ventajas del pase diagonal ya les he comentado varias veces: el receptor, al estar de perfil, tiene una mejor visión del campo, de la trayectoria del balón, así como de sus compañeros y de los rivales que lo marcan. Pero es que, a mi entender, el pase diagonal es más 'defensivo' que el horizontal. Porque cuando tú das un pase horizontal, si lo pierdes, ya sea porque el pase es malo, porque el control del receptor es malo, ocurre que el rival que recupera el balón, puede superar fácilmente a los dos jugadores de nuestro equipo, al emisor y al receptor, que al estar en la misma línea, son sobrepasados fácilmente. Mientras que en el pase diagonal, si se pierde, al menos el emisor del pase está por detrás de la línea de pase, y por tanto puede defender. No me cansaré de repetir que el pase diagonal es lo mejor, con diferencia.
Por una excesiva precaución, por demasiada prudencia, se jugó donde el Milan quería que se jugara, entre la línea del mediocampo y los 3/4 de su propio campo. Y el Milan se sintió muy cómodo, esperando un fallo del conjunto blaugrana, una mala entrega, una mala recepción, para superar fácilmente la línea de cuatro jugadores blaugranas, que, como se ve en la foto, no crean línea de pases diagonales, sino horizontales. Xavi jugó muy atrasado, Messi también. Messi no jugó entrelíneas como suele hacer muchas veces y muy bien. Y ese posicionamiento entrelíneas del argentino hace mucho daño al rival, ocasiona que el rival esté más pendiente de defender a Messi, que de intentar recuperar el balón... Como se ve en la imagen, nadie intenta crear una línea de pase diagonal para avanzar, para crear peligro. Se incurrió, muchas veces, en la posesión defensiva. Y la posesión blaugrana se convirtió en un defecto.
Sí, por primera vez desde que Guardiola/Tito tomaron el mando de la nave blaugrana, la posesión se convirtió en un defecto, la posesión fue nuestro peor rival, porque no se utilizó la posesión para atraer el rival, para atacarlo, se utilizó simplemente para defender. No se cambió el ritmo de la circulación que casi siempre fue lento, fue muy previsible. Y el Milan dominó el partido. Sí, aunque parezca absurdo, teniendo en cuenta que el equipo blaugrana tuvo una posesión por encima del 70%, fue el Milan el que dominó el partido, el que jugó en donde quería que se jugara: lo más lejos posible de Abbiati (el Barcelona no creó ninguna ocasión clara de gol). Se jugó al ritmo que quería el Milan, un ritmo de la circulación de balón que le convenía para bascular, para abrir las líneas de presión, y cerrarlas, como un acordeón. Sí, a pesar de que el Milan tuvo muy poco el balón, dominó el partido a su antojo, porque el posicionamiento blaugrana fue el equivocado. Porque la posesión se convirtió en un defecto.
Esta imagen es inadmisible, es intolerable. Es el minuto 90, nuestro equipo va perdiendo por 2 goles a 0, uno de nuestros jugadores, Pedro, tiene un mano a mano contra Abate, con suficiente espacio por detrás para realizar un regate largo (ya he dicho que el regate largo es más fácil, se golpea el balón con más fuerza, para que tenga mayor velocidad, sin preocuparte de que un defensa escalonado lo intercepte.) Pocos errores defensivos cometió el Milan, que, como digo, basculó muy bien, sin embargo, aquí se ve que los centrales están muy alejados (sobre todo, Zapata, el central derecho), que ninguno podía realizar una cobertura. Pedro tendría que haber encarado a Abate; con un regate largo (fácil de realizar), Pedro se hubiera plantado en el aérea, obligando a los defensores milanistas a recular, a girarse, con lo que una buena conducción hasta el fondo, un buen pase atrás, dentro del aérea rival, hubiera sido mortal de necesidad. Pero no, Pedro dio un pase atrás, en vez de gambetear a Abate. Los rondós son para los entrenamientos. Repito: esto es inadmisible.
La posesión se convirtió en un defecto, en un grave defecto. La posesión blaugrana se convirtió en nuestro peor enemigo: por no perder el balón, por la ansiedad de no perder el balón, se desperdiciaron oportunidades para hacer daño al rival, para crear ocasiones de gol. Como se ve en la imagen de Pedro, pero no es la única, he visto también un mano a mano de Alexis en el que, si hubiera encarado y superado al rival, hubiera ocasionado una ocasión de gol. Pero ninguna imagen tan clara como la de Pedro desperdiciando una oportunidad única para crear peligro, por no perder el balón. Es una imagen desoladora, desesperante, que espero no volver a ver nunca más en mi vida. Nunca más.
Como digo, la posesión, al exagerarse, al convertirse casi en una obsesión: no perder el balón, parecía la consigna del partido contra el Milan, se convirtió en un pecado. Si Pedro hubiera intentado el regate, y no le hubiera salido, si hubiera perdido el balón contra Abate, pues realmente no hubiera pasado nada. El Milan estaba defendiendo con sus diez hombres de la línea de 3/4 hacia atrás. Tener miedo de perder el balón, en una situación como esta, me parece INADMISIBLE. Voy a decir una palabra fuerte: me parece de equipo timorato que prefiere que no le marquen el tercero, antes que intentar marcar un gol que podría ser decisivo. Realmente estaba muy cabreado cuando vi esa imagen...
Pero hay que mirar al futuro, debemos corregir los errores en la circulación del balón, tener el balón para generar ocasiones de gol, y que no te generen. Como se hizo casi siempre en la etapa del guardiolismo. Debemos mirar al futuro, porque el próximo martes se juega un partido decisivo contra el Real Madrid de Mourinho. Y tengo algunas cosas que decir. En la semana pasada, vi de nuevo el partido de la final de Copa en Mestalla, lo vi para tomar algunas notas, que iré desgranando en siguientes entradas. Fue el primer partido, a mi parecer, en que un entrenador pudo descifrar el misterio, pudo descodificar el ataque posicional del Barcelona. De Mou se podrán decir muchas cosas (y casi todas ellas, justificadas), pero lo que sí es cierto es que, para mí, es el mejor técnico para analizar las virtudes y los defectos del rival.
Sobre todo, me llamaron la atención dos cosas de ese partido: dónde colocó Mou a sus laterales: Arbeloa y Marcelo. Casi todo el partido, estuvieron muy cerrados, pero mucho. Casi jugando como centrales. Prácticamente Mou jugó con 4 centrales, regalando las bandas, que no supieron utilizar Pedro y Villa. Pero es que además, cuando Messi conducía el balón, uno de los dos laterales, o los dos, iban a realizar coberturas sobre el argentino. Tanto fue así, que en algunas ocasiones, los dos laterales se 'olvidaban' de Villa y Pedro, e intentaban frenar a Messi. La cuestión fue que se formaba una 'jaula', en torno del argentino, de hasta siete jugadores merengues. El resultado fue que en el primer tiempo, el Barcelona casi no generó una ocasión de gol.
Pero sí en el segundo tiempo. Y la segunda cosa que me llamó la atención fue esta: en el segundo tiempo de aquel partido, el Barcelona atacó mucho más por las bandas. Pero mucho. En el primer tiempo, nada, o casi nada. Una internada de Adriano, marcado por 2 merengues. Una de Pedro ante Marcelo que acabó en saque de meta para los merengues. Pero en el segundo tiempo, incluso Messi estuvo más abierto, por la derecha, Iniesta por la izquierda, incluso Xavi, en una ocasión, se recostó por la banda derecha. Y ya sea por el cansancio de los jugadores merengues, que corrieron y corrieron detrás del balón, ya sea porque se abrió la cancha, el Barcelona generó varias ocasiones de gol en esa segunda parte. (No vi los tiempos suplementarios porque no soy masoquista, sólo vi los 90 minutos.)
Y vi expresamente ese partido, porque desde hace tiempo tengo una idea que me ronda la cabeza, una idea para volver a jugar como en casi toda esa temporada (2010-2011), que hubiera terminado con un triplete, a no ser que Mou se dio cuenta de que nuestro ataque era un embudo. Pues precisamente mi idea es deshacer el embudo. Como he dicho, muchas veces, el juego posicional del guardiolismo le debe bastante a Van Gaal, sólo que fallamos en una cuestión: el holandés utilizaba mucho las bandas, abría el campo, con dos extremos con desborde. Nosotros no podíamos hacer eso con Villa y Pedro. No. Eran falsos extremos, jugadores que estiraban la lona, pero eran sólo chinchetas, en realidad, atacan mejor por dentro, como un embudo. Y Mou le pilló el truco a Guardiola.
Pero para que no te vuelvan a pillar el truco, hay que abrir la cancha de verdad. Con dos extremos que sean muy desequilibrantes (por esto, insisto, e insistiré mucho en el fichaje de Neymar). Pero con un extremo no creo que sea suficiente. Necesito abrir mucho la cancha, necesito estirar al equipo contrario como dios manda. Necesito dos extremos que creen mucho peligro por fuera. Pero mucho. Uno de esos extremos puede ser Neymar, por supuesto. ¿El otro puede ser Deulofeu? Esperemos que sí, nos vendría de perlas que Gerard se ponga las pilas y dé el salto al primer equipo. Lo necesitamos, porque no hay muchos extremos con tanto desequilibrio. Y los pocos que hay son caros.
Y con dos extremos muy desequilibrantes, muy abiertos, obligaré a los rivales a abrirse mucho, obligaré a los laterales a que se abran demasiado, para no ceder ni un palmo de terreno a esos extremos. Obligaré a los centrales a abrirse mucho, para realizar la cobertura de sus laterales, que, es de esperarse, sean superados por los dos extremos desequilibrantes. Para atacar hay que abrir la cancha lo más posible, es una máxima del fútbol. Con dos extremos muy abiertos, que generen mucho peligro, puedes volver a tener superioridad numérica por dentro, y el equipo ya no tendrá que estirarse. Lo que está ocasionando que se defienda peor. Para defender bien, hay que atacar bien. Abrir mucho la cancha. Que los laterales estén muy pendientes de los extremos, no de Messi. Con dos extremos que generen mucho peligro, incluso los dos centrales dejarán de estar tan pendientes del argentino... Buenas noticias para Leo, y para el funcionamiento colectivo...
(Ya hablaré sobre este en una próxima entrada, porque es un tema muy importante.)
Pero ahora, quiero centrarme en una cuestión que se me olvidó comentar cuando expliqué el Clásico de ida de la Copa. Mencioné que a Messi lo encerró Mou en una 'jaula' de cuatro jugadores, los dos centrales y los dos pivotes, y también mencioné que había que fichar a un jugador desequilibrante como Neymar, para abrir esa jaula. Pero se me olvidó comentar algo: como es obvio, cuando tú marcas a un jugador con un cuádruple marcaje, tienes que dejar libres a otros. ¿Y a quiénes deja libre Mou para poder tener un cuádruple marcaje sobre Messi? Pues a los jugadores menos habilidosos. En esta imagen, vemos que Carles Puyol no tiene marcaje alguno, que tiene una zona del campo muy amplia para avanzar. La razón es obvia: el fuerte de Puyol no es la conducción. Carles es uno de los mejores centrales correctores del mundo. Es uno de los mejores en realizar coberturas. Si pudiera salir bien con el balón, y tirara bien los fueras de juego, sería Baresi. Pero, como digo, la conducción no es lo que mejor saber hacer Carles, y Mou lo sabe. Por eso le deja espacios para conducir. Y Carles casi nunca aprovechó esos espacios. ¿Los podría aprovechar Mascherano? Sin duda, tiene mejor conducción del balón. Claro que, por desgracia, el argentino no está rindiendo como central igual que el año pasado (aunque está mejorando, todavía no alcanza su mejor nivel).
La pregunta es si Mascherano debe jugar contra el Madrid. Y yo creo que sí. Contra el Madrid, sí. Porque puede aportar el factor que desequilibre el complejo sistema táctico que ha ideado Mou, sobre todo, para desarticular a Messi. Mascherano con la conducción, obligará a que uno de los jugadores merengues que están marcando a otros jugadores, tenga que cubrir las conducciones de Javier, lo que ocasionará una superioridad numérica en esa parte del campo, y que, como efecto dominó, ocasione un desajuste en todo el sistema de marcajes del Madrid. Desde luego, es una medida paliativa que puede resultar adecuada. La opción a largo plazo, ya la he dicho, y la comentaré con más amplitud en mis próximas entradas.
¡Mucha suerte!
Como digo, la posesión, al exagerarse, al convertirse casi en una obsesión: no perder el balón, parecía la consigna del partido contra el Milan, se convirtió en un pecado. Si Pedro hubiera intentado el regate, y no le hubiera salido, si hubiera perdido el balón contra Abate, pues realmente no hubiera pasado nada. El Milan estaba defendiendo con sus diez hombres de la línea de 3/4 hacia atrás. Tener miedo de perder el balón, en una situación como esta, me parece INADMISIBLE. Voy a decir una palabra fuerte: me parece de equipo timorato que prefiere que no le marquen el tercero, antes que intentar marcar un gol que podría ser decisivo. Realmente estaba muy cabreado cuando vi esa imagen...
Pero hay que mirar al futuro, debemos corregir los errores en la circulación del balón, tener el balón para generar ocasiones de gol, y que no te generen. Como se hizo casi siempre en la etapa del guardiolismo. Debemos mirar al futuro, porque el próximo martes se juega un partido decisivo contra el Real Madrid de Mourinho. Y tengo algunas cosas que decir. En la semana pasada, vi de nuevo el partido de la final de Copa en Mestalla, lo vi para tomar algunas notas, que iré desgranando en siguientes entradas. Fue el primer partido, a mi parecer, en que un entrenador pudo descifrar el misterio, pudo descodificar el ataque posicional del Barcelona. De Mou se podrán decir muchas cosas (y casi todas ellas, justificadas), pero lo que sí es cierto es que, para mí, es el mejor técnico para analizar las virtudes y los defectos del rival.
Sobre todo, me llamaron la atención dos cosas de ese partido: dónde colocó Mou a sus laterales: Arbeloa y Marcelo. Casi todo el partido, estuvieron muy cerrados, pero mucho. Casi jugando como centrales. Prácticamente Mou jugó con 4 centrales, regalando las bandas, que no supieron utilizar Pedro y Villa. Pero es que además, cuando Messi conducía el balón, uno de los dos laterales, o los dos, iban a realizar coberturas sobre el argentino. Tanto fue así, que en algunas ocasiones, los dos laterales se 'olvidaban' de Villa y Pedro, e intentaban frenar a Messi. La cuestión fue que se formaba una 'jaula', en torno del argentino, de hasta siete jugadores merengues. El resultado fue que en el primer tiempo, el Barcelona casi no generó una ocasión de gol.
Pero sí en el segundo tiempo. Y la segunda cosa que me llamó la atención fue esta: en el segundo tiempo de aquel partido, el Barcelona atacó mucho más por las bandas. Pero mucho. En el primer tiempo, nada, o casi nada. Una internada de Adriano, marcado por 2 merengues. Una de Pedro ante Marcelo que acabó en saque de meta para los merengues. Pero en el segundo tiempo, incluso Messi estuvo más abierto, por la derecha, Iniesta por la izquierda, incluso Xavi, en una ocasión, se recostó por la banda derecha. Y ya sea por el cansancio de los jugadores merengues, que corrieron y corrieron detrás del balón, ya sea porque se abrió la cancha, el Barcelona generó varias ocasiones de gol en esa segunda parte. (No vi los tiempos suplementarios porque no soy masoquista, sólo vi los 90 minutos.)
Y vi expresamente ese partido, porque desde hace tiempo tengo una idea que me ronda la cabeza, una idea para volver a jugar como en casi toda esa temporada (2010-2011), que hubiera terminado con un triplete, a no ser que Mou se dio cuenta de que nuestro ataque era un embudo. Pues precisamente mi idea es deshacer el embudo. Como he dicho, muchas veces, el juego posicional del guardiolismo le debe bastante a Van Gaal, sólo que fallamos en una cuestión: el holandés utilizaba mucho las bandas, abría el campo, con dos extremos con desborde. Nosotros no podíamos hacer eso con Villa y Pedro. No. Eran falsos extremos, jugadores que estiraban la lona, pero eran sólo chinchetas, en realidad, atacan mejor por dentro, como un embudo. Y Mou le pilló el truco a Guardiola.
Pero para que no te vuelvan a pillar el truco, hay que abrir la cancha de verdad. Con dos extremos que sean muy desequilibrantes (por esto, insisto, e insistiré mucho en el fichaje de Neymar). Pero con un extremo no creo que sea suficiente. Necesito abrir mucho la cancha, necesito estirar al equipo contrario como dios manda. Necesito dos extremos que creen mucho peligro por fuera. Pero mucho. Uno de esos extremos puede ser Neymar, por supuesto. ¿El otro puede ser Deulofeu? Esperemos que sí, nos vendría de perlas que Gerard se ponga las pilas y dé el salto al primer equipo. Lo necesitamos, porque no hay muchos extremos con tanto desequilibrio. Y los pocos que hay son caros.
Y con dos extremos muy desequilibrantes, muy abiertos, obligaré a los rivales a abrirse mucho, obligaré a los laterales a que se abran demasiado, para no ceder ni un palmo de terreno a esos extremos. Obligaré a los centrales a abrirse mucho, para realizar la cobertura de sus laterales, que, es de esperarse, sean superados por los dos extremos desequilibrantes. Para atacar hay que abrir la cancha lo más posible, es una máxima del fútbol. Con dos extremos muy abiertos, que generen mucho peligro, puedes volver a tener superioridad numérica por dentro, y el equipo ya no tendrá que estirarse. Lo que está ocasionando que se defienda peor. Para defender bien, hay que atacar bien. Abrir mucho la cancha. Que los laterales estén muy pendientes de los extremos, no de Messi. Con dos extremos que generen mucho peligro, incluso los dos centrales dejarán de estar tan pendientes del argentino... Buenas noticias para Leo, y para el funcionamiento colectivo...
(Ya hablaré sobre este en una próxima entrada, porque es un tema muy importante.)
Pero ahora, quiero centrarme en una cuestión que se me olvidó comentar cuando expliqué el Clásico de ida de la Copa. Mencioné que a Messi lo encerró Mou en una 'jaula' de cuatro jugadores, los dos centrales y los dos pivotes, y también mencioné que había que fichar a un jugador desequilibrante como Neymar, para abrir esa jaula. Pero se me olvidó comentar algo: como es obvio, cuando tú marcas a un jugador con un cuádruple marcaje, tienes que dejar libres a otros. ¿Y a quiénes deja libre Mou para poder tener un cuádruple marcaje sobre Messi? Pues a los jugadores menos habilidosos. En esta imagen, vemos que Carles Puyol no tiene marcaje alguno, que tiene una zona del campo muy amplia para avanzar. La razón es obvia: el fuerte de Puyol no es la conducción. Carles es uno de los mejores centrales correctores del mundo. Es uno de los mejores en realizar coberturas. Si pudiera salir bien con el balón, y tirara bien los fueras de juego, sería Baresi. Pero, como digo, la conducción no es lo que mejor saber hacer Carles, y Mou lo sabe. Por eso le deja espacios para conducir. Y Carles casi nunca aprovechó esos espacios. ¿Los podría aprovechar Mascherano? Sin duda, tiene mejor conducción del balón. Claro que, por desgracia, el argentino no está rindiendo como central igual que el año pasado (aunque está mejorando, todavía no alcanza su mejor nivel).
La pregunta es si Mascherano debe jugar contra el Madrid. Y yo creo que sí. Contra el Madrid, sí. Porque puede aportar el factor que desequilibre el complejo sistema táctico que ha ideado Mou, sobre todo, para desarticular a Messi. Mascherano con la conducción, obligará a que uno de los jugadores merengues que están marcando a otros jugadores, tenga que cubrir las conducciones de Javier, lo que ocasionará una superioridad numérica en esa parte del campo, y que, como efecto dominó, ocasione un desajuste en todo el sistema de marcajes del Madrid. Desde luego, es una medida paliativa que puede resultar adecuada. La opción a largo plazo, ya la he dicho, y la comentaré con más amplitud en mis próximas entradas.
¡Mucha suerte!