lunes, 29 de octubre de 2012

EL DINOSAURIO BLAUGRANA Y EL PENSAMIENTO ORTODOXO

Cuando alguien no evoluciona, se le compara con un dinosaurio, porque se tiene la creencia de que estos lagartos terribles (es la traducción literal del griego dinosaurio), no evolucionaron, y por ello se extinguieron. Una vez más: nos encontramos ante una falacia, ante un mito que, de tanto repetirlo, se convierte en 'verdad' (Goebbels dixit). No es cierto: los dinosaurios perecieron en una catástrofe medio ambiental, en una hecatombe biológico que eliminó al 90% de las especies animales de nuestro planeta. Es lo que se conoce como la extinción masiva del Pérmico-Triásico, cuyas causas no se conocen todavía. Sólo se sabe que sobrevivieron muy pocas plantas (los hongos), muy pocos animales (una subespecie de sapos). En realidad, los dinosaurios, según los estudios científicos, fueron animales que evolucionaron mucho, que desarrollaron una gran altura para alimentarse de las planetas. Que fueron capaces de adaptarse a cualquier hábitat, a casi todos los nichos ecológicos terrestres. Se cree que eran animales muy ágiles e inteligentes que se diversificaron velozmente durante el Triásico hasta su extinción. Así que el dinosaurio no es como lo pintan. 

     El Fútbol Club Barcelona ha sido un dinosaurio que ha evolucionado rápidamente en los últimos años. Ha tenido que evolucionar para adaptarse a las circunstancias que lo rodea, ha tenido que cambiar las preguntas cuando los demás rivales ya se sabían las respuestas de las preguntas anteriores. Como he dicho varias veces, la 2010-2011 fue la temporada de Xavi, la temporada del control casi absoluto, el Barcelona ejercía un dominio abrumador sobre los demás rivales, sin embargo, ese control absoluto se perdió en Mestalla, cuando una presión asfixiante sobre Xavi impidió que el Barcelona pudiera desplegar su juego tan brillante durante los primeros 45 minutos (patadas aparte). Ese mismo año, es decir, al cabo de ese año, Pep Guardiola se dio cuenta de que la posesión tan abrumadora y tan pausada de Xavi no funcionaría siempre. Como un dinosaurio, tenía que evolucionar rápidamente. Precisamente por ello Pep insistió en el fichaje de Francesc Fábregas. A pesar de todos los pesares, Pep insistió en el fichaje de Fábregas, aún sabiendo que su readaptación no sería sencilla. Fábregas aceptó el reto más difícil de su vida. Pep sabía por qué traía a Fábregas: como digo, el dinosaurio blaugrana tenía que evolucionar. 

     La posesión del balón por medio de la pausa de Xavi ha sido, quizás, el mejor camino para lograr lo que tanto se desea en el fútbol: generar ocasiones de gol, y que no te generen. Ha dado a luz uno de los mejores equipos de la historia del balompié, sin embargo, el fútbol es un deporte tan dinámico, que esa fórmula dejó de ser tan efectiva un año, o año y medio después de alcanzar su cénit. Reitero que considero la posesión y la pausa de Xavi el mejor sistema jamás creado para jugar el fútbol, la pausa de Xavi ha sido una de las virtudes más eficientes en el fútbol, no obstante, cuando esa virtud se lleva hasta el extremo, se convierte en un defecto. El pensamiento ortodoxo puede conducir al inmovilismo. 

     En la Primer Guerra Mundial, las estrategias de las batallas planteadas llevaron a los contendientes a un inmovilismo absurdo: la guerra de las trincheras, que ocasionó un gran número de bajas. Pero en la famosa Batalla de Caporetto, entre el bando italiano y el alemán, se rompió la ortodoxia de las trincheras: después de varios meses de luchar frente a frente, permaneciendo ambos bandos inmóviles, los alemanes, comandados por el general Oskar von Hutier, decidió cambiar la estrategia de ataque: sus tropas se infiltraron en los puntos débiles del enemigo (previamente identificados), el resultado fue que derrotó a los italianos con suma facilidad. La importancia estratégica de salirse del pensamiento ortodoxo en momentos de bloqueo e inmovilismo.

    Sin embargo, el problema es que hay mucha gente que es renuente al cambio, que tiene una muy acentuada resistencia al cambio. ¿Para qué cambiar lo que ha funcionado tan bien?, argumentan estas personas que no quieren evolucionar. Pues precisamente para eso: para evolucionar, para adaptarte a las nuevas circunstancias en un medio ambiente que es tan dinámico como el fútbol. Uno de los que parecían más reticentes al cambio era el periodista Martí Perarnau, sin embargo, creo que vistos algunos partidos de este Barcelona más vertical, menos pausado, se ha dado cuenta de las ventajas de este tipo de juego. Eso sí, no estoy de acuerdo con el apellido que le ha puesto a esta versión de Tito: no estoy de acuerdo, porque no creo que el Barcelona sea un equipo de velocistas, como sí lo es el Madrid. Es decir, la rapidez es una virtud, desde luego, pero el juego del Barcelona no utiliza la velocidad como el único recurso, sino como un recurso más.

    No estoy de acuerdo con que el Barcelona sea un equipo de velocistas, es decir, jugadores que dependan demasiado de la velocidad. Nuestros jugadores utilizan la velocidad como un recurso más, pero también saben anotar goles, desmarcarse, eliminar adversarios, utilizando otros recursos, sobre todo la inteligencia táctica. Cosa que, por ejemplo, no tienen jugadores que sí son velocistas: como Cristiano Ronaldo o Ángel Di María, que siempre abusan de la velocidad. Y convierten la rapidez, que es una virtud, en las prisas, que son un defecto. Pero ninguno de nuestros jugadores incurre en el defecto de las prisas, del vértigo (quizás sólo Pedro, en ocasiones, es un pelín caótico). No, no estoy de acuerdo en que el Barcelona sea un equipo de velocistas. La rapidez de los Messi, Fábregas, Iniesta, etcétera, casi nunca ha sido un defecto, sino una virtud. Eso sí, por momentos, la pausa sí se convertía en un defecto, lo que ocasionaba que el equipo era muy previsible. Como digo, el pensamiento ortodoxo provoca el inmovilismo. 

Pero incluso aquellos que todavía están renuentes a que Fábregas tome la batuta del Barcelona en vez de Xavi (caso de Perarnau), reconocen que en aquellos partidos que la presión del rival es muy asfixiante, esos partidos que se juegan en estadios pequeños, en los cuales el rival presiona mucho, en esos partidos en los que hay siempre dos o tres rivales encima del poseedor del balón, no importa si este es un delantero, o el mediocentro blaugrana, en estos partidos la movilidad, la dinámica y verticalidad de Cesc, que según sus detractores ocasiona el defecto del descontrol, se convierten en una virtud que permite al Barcelona salir desde atrás con rapidez y criterio a partes iguales. Amén de que se pueden aprovechar los espacios que ese rival deja en la retaguardia, habida cuenta de que ha presionado mucho en campo contraria. En estos partidos, la posesión no es lo más importante (58%), en estos partidos lo que importa es sacar el balón con rapidez de la zona de seguridad. Con rapidez y con criterio, como ha hecho Fábregas. 

    Todos los periodistas coincidieron en que Cesc Fábregas realizó un gran partido, por sus dos asistencias y su gol, pero más allá de eso, me parece que el gran mérito de Cesc es que leyó bien el partido, se recostó mucho hacia su banda derecha, la banda izquierda de la defensa rival, aprovechando que era el punto débil del rival. El Rayo atacó y defendió mejor por su costado derecho (el izquierdo de nuestro equipo), mientras que por la banda derecha, la linea del centrocampistas formada por Javi Fuego, Alejandro Domínguez y Franco Vázquez hacían aguas por el costado izquierdo de su campo (es decir, el derecho del equipo blaugrana). Las pérdidas de balón que concedió el Rayo fueron precisamente por la banda izquierda de su defensa, la banda derecha de nuestro equipo, por donde transitó mucho Fábregas (más del 30%). Fábregas, al igual que Xavi (recordad que la primera asistencia de Fábregas viene precedida de una pérdida del balón del Rayo, gracias a la presión de Xavi), leyó perfectamente el partido, y entendió que el punto débil del rival era su banda izquierda. Se infiltró por esa banda, como se infiltraban las tropas comandadas por Hutier, y el resultado ya es conocido por todos: dos asistencia de gol, una para Villa y otra para Messi. Esto es lo que más rescato de Fábregas: su habilidad para descubrir el punto débil del rival. (Claro que lo mismo hizo Xavi, pero bueno, no vamos a descubrir nada nuevo del de Terrasa.)


Así pues, no sólo cabe destacar el gol y las dos asistencias de Fábregas, sino su capacidad para analizar al rival, para encontrar los puntos débiles del rival, e infiltrarse en ellos por medio de conducciones o de pases. Asimismo, hay que destacar la fluidez y velocidad con la que Cesc tiró sus pases. Además, de que logró un alto porcentaje de acierto (61 pases buenos de 69, es decir, el 88% de acierto), un porcentaje muy bueno tomando en cuenta que Fábregas es muy vertical, es muy vertiginoso, es puro descontrol, como dicen sus detractores. Pues no está tan mal acertar un 88% de pases con la velocidad con la que Fábregas ejecutó sus pases en el estadio de Vallecas. Una velocidad que era necesaria para sacar el balón presto de la zona de seguridad. Una velocidad que era necesaria para evitar la presión asfixiante del Rayo, pero también para pillar mal parado a un equipo que presionaba tan alto. Con esa rapidez y precisión se evitan las pérdidas de balón, se evita que el rival consiga el balón en 3/4, y te haga mucho daño, pero también te beneficia porque puedes aprovechar los espacios que deja el rival en defensa: miel sobre hojuelas. 

    Sí, de acuerdo, el dominio sobre el Rayo Vallecano no fue abrumador, de hecho, el Rayo dominó hasta el minuto 18, pero fue por dos causas. Ya sabemos que el equipo blaugrana, casi siempre, le cuesta unos cuantos minutillos entrar en los partidos (defecto que se tenía desde el inicio con Guardiola, que se mejoró mucho en la temporada 2010-2011, pero que volvió un año después), la cuestión es que parece que el Barcelona necesita que pasen unos minutos para que el balón alcance la 'velocidad de crucero', por tanto, casi siempre sufre unos minutillos de descontrol en el inicio del juego (y también cuando el partido se detiene muchos minutos por una lesión grave, etcétera). Pero en esta ocasión, contra el Rayo, el dominio local duró unos minutos más, debido a un fallo del Barcelona: Song estuvo muy atrasado, en vez de defender hacia adelante, como hace Busquets, Song se replegó mucho, jugó prácticamente como tercer central, lo que le dio espacio al Rayo para jugar en 3/4 con relativa facilidad. Eso sí, el africano corrigió mucho sus defectos posicionales de los primeros minutos, su juego fue de menos a más. Lo que agradecieron mucho Xavi y Fábregas.



Escribí en uno de mis posts anteriores que Xavi no siempre fue el Xavi tan horizontal y pausado de la temporada ya citada. Escribí en mi post que el Xavi de la temporada 2008-2009, era un Xavi mucho más vertical, mucho más rápido, lo que ayudaba mucho a sacar el balón desde la base con mayor velocidad, y evitar que el rival te presione muy arriba. Pues contra el Rayo se vio esa versión del Xavi más vertical, más rápido, jugando casi siempre al primer toque, sin retener el balón. Con no mucha participación en el juego, pero sí contribuyendo mucho a la fluidez de la circulación del balón, cosa que necesitas como el aire cuando juegas en un campo pequeño y contra un equipo que te asfixia. Perarnau todavía está alucinando, todavía no cree lo que vio: una versión más tipo Fábregas de Xavi. Cosa que yo apunté aquí mismo y que recomendé como solución a algunos de nuestros problemas. (Perarnau debería leer mi blog, jeje).

    El pensamiento ortodoxo provoca un bloqueo e inmovilismo cuando se abusa de él. Hay que encontrar otros medios para buscar la victoria. Ser más vertical y rápido desde la base te puede servir para partidos como el jugado en Vallecas (Perarnau escribió que Cesc no hacía falta contra el Celtic, porque no había espacios, yo discrepo: pues contra los escoceses vi dos problemas: 1.circulación lenta del balón, 2.ataque posicional muy estático; estos dos problemas te los puedes solucionar el dinamismo de Fábregas). En esos partidos en los que el rival presiona muy arriba, Fábregas puede funcionar para darle mayor rapidez a la circulación del balón desde la base, para infiltrarse en los puntos débiles del rival y aprovechar los espacios que deja en defensa (pues el fútbol es como una manta: si te tapas la cara, te destapas los pies, y viceversa). Me parece una buena solución, una vía alterna al pensamiento ortodoxo. ¿Y qué hacemos con el pensamiento ortodoxo, con la pausa de Xavi? Pues precisamente esas vías alternas, cuando funcionan tan bien como en Vallecas, benefician al pensamiento ortodoxo: si eres muy peligroso jugando más vertical y más rápido, los entrenadores rivales no volverán a plantearte una presión tan alta. Se echarán atrás por miedo a esa verticalidad tan peligrosa que has generado. Esto le dará tiempo y espacios a los centrocampistas blaugranas para tocar y tocar hasta que les dé la gana. Podremos jugar de nuevo con un ritmo más pausado: volverá el pensamiento ortodoxo, cuando estén funcionando perfectamente las vías alternas (que no hay que olvidar nunca).

    Tenía ganas de escribir un post sobre Iniesta, aprovechando que se cumplen 10 años desde que debutara en el primer equipo, pero también me apetece escribir sobre el Balón de Oro, sobre los candidatos al Balón de Oro: ocurre que me he llevado una gran alegría, pues se ha incluido en la lista a Sergio Busquets, por tanto, mi siguiente post versará sobre mis candidatos para el Balón Dorado. El primero y el segundo lo tengo muy claro, el tercero debería ser Sergio, pero estoy seguro de que nadie, o casi nadie, pensará como yo. Qué mas da. 






miércoles, 24 de octubre de 2012

CESC O XAVI: EL LABERINTO BLAUGRANA

El fútbol es un laberinto, es decir, un lugar formado por calles y encrucijadas, construido con suma complejidad para confundir a los que se adentren en él. El fútbol es, ciertamente, como un laberinto barroco, esto es, un laberinto de tipo maze, con muchos caminos alternativos, con 'vías muertas' o 'caminos sin salida', amén de que sólo hay una vía correcta para llegar a la salida. Cada vez que un jugador posee el balón está dentro de un laberinto, tiene varios caminos alternativos, se enfrenta a bifurcaciones: debe decir si regatear o pasar, debe decir si pasar en corto o en largo, debe decidir a qué jugador le pasará el balón: al que está a la derecha, o a la izquierda. El fútbol es un laberinto en el que hay muchas bifurcaciones, pero sólo una es la correcta. Un crack es aquel jugador que sabe elegir siempre el mejor camino, el camino correcto para llegar a la salida del laberinto.

     Esta metáfora del fútbol como laberinto me vino a la cabeza recientemente, para ser más exacto, cuando leí varios artículos (en particular el de Perarnau), sobre la bifurcación que se enfrenta ahora mismo todo el barcelonismo: Cesc o Xavi. Continuar con el estilo de Xavi, que ya conocemos todos, que ya hemos visto todos, que ha llevado al Fútbol Club Barcelona a lo que ya podríamos denominar como la Época Dorada, alargarlo lo más posible, o dar el relevo, la estafa, a Francesc Fábregas, el centrocampista que fue fichado, precisamente, para reemplazar a Xavi, pero que, entre pitos y flautas, no ha tenido muchas oportunidades de jugar como director de orquesta. Es decir, en contadas ocasiones Francesc Fábregas ha recibido la 'batuta' para dirigir el tempo del equipo blaugrana. 

    Yo siempre he dicho que las etiquetas o clichés son corsés mentales que te evitan la molestia de tener que pensar. Es más fácil calificar a alguien, ponerle una etiqueta simplista, decir que Fulano es de tal guisa, de tal suerte que ya no necesitamos pensar, ya no necesitamos analizar a esa persona o circunstancia. Pues bien, muchos dicen (entre ellos, Perarnau, por supuesto), que Xavi ha dirigido la orquesta blaugrana en el tempo del adagio. Es decir, un tiempo lento. No es el tiempo más lento, pero sí es más lento que el andante (que proviene del verbo andar). No estoy de acuerdo, es decir, sí es cierto que el tempo de Xavi fue un tempo pausado en la temporada 2010-2011, pero no siempre. Yo recuerdo a un Xavi mucho más ágil, más rápido, sobre todo, en la temporada del sextete. Ese Xavi propiciaba una circulación más rápida del balón. Recuerdo particularmente el mejor partido de esa temporada: el 2 a 6 en el Santiago Bernabéu. Aquí podemos ver la Primera Parte de  la actuación de Xavi, exclusivamente de Xavi, en ese partido, aquí podemos ver la Segunda Parte. (Lamento no poder presentar un vídeo con el partido completo, pero no está disponible). 

    Llama mucho la atención la velocidad con la que jugó Xavi aquel partido, nadie diría que dirigió la orquesta blaugrana en un tempo adagio, sólo por momentos. Pero casi siempre utilizó un tempo más rápido: un allegro, o un allegro ma non troppo (no demasiado rápido). Muchas veces tocó al primer toque o al segundo, pocas veces retuvo el balón, pocas veces hizo una pausa. Asistió cuatro veces, entre ellas, una obra de arte: la pelopina para asistir a Messi en el cuarto gol. Sin duda, ese Xavi no era tan pausado, ni mucho menos, no era un Xavi que estaba abonado al pase horizontal (como dicen sus detractores), era un Xavi mucho más dinámico, más vertical, más rápido. Y no nos fue mal aquella temporada, pues se consiguieron 6 títulos de 6 posibles. Casi nada. Aquella fue la primera temporada de Guardiola, Xavi venía de hacer una Eurocopa tremenda en la que fue nombrado el MVP. Pero como digo, era un Xavi mucho más directo. Un Xavi que se parecía bastante a Cesc Fábregas. 

     Parece que estoy diciendo una blasfemia, los puristas me tildarán de hereje, pero yo siempre he dicho que Xavi nunca fue tan pausado, que nunca fue ese jugador que buscara la posesión del balón sólo para protegerse, para evitar las transiciones ofensivas vertiginosas de los rivales. Ahora bien, aquí entran ya los gustos de cada quien: para muchos el mejor Barcelona fue el de la temporada 2011-2011, una de cuyas cumbres fue el famoso 5 a 0 contra los merengues. No obstante, yo prefiero la temporada del sextete, sobre todo ese partido. Quizás no fue el mejor partido de Xavi en cuanto a la posesión del balón, en cuanto al acierto de los pases (que no creo que alcanzara el 90%), sin embargo, sí recuerdo muchas ocasiones de gol. Sí recuerdo, por ejemplo, en aquella temporada, otro partido espectacular contra el Sevilla, en el Sánchez Pizjuan, en el que se ganó por 0 a 3. En la segunda parte, los sevillistas no dieron dos pases seguidos, ni cruzaron el medio campo. Aquel era un equipo que controlaba mucho el balón, mucho, pero que además avasallaba ofensivamente. Control y ataque, son mis premisas. Controlar el balón para atacar, para avasallar al rival, para conseguir una ocasión de gol por minuto, como lograban aquellos Mágicos Magyares. 



   Como dije unos renglones más arriba, la metáfora del laberinto me vino a la cabeza cuando leí, sobre todo, el artículo de Perarnau sobre los dos estilos del Barcelona: el ritmo Adagio de Xavi, o el Vivace de Fábregas. Parece que estamos ante un laberinto, que debemos elegir una bifurcación, no obstante, este análisis lo considero superficial, en primer lugar, por lo comentado más arriba de que Xavi no siempre eligió el tempo Adagio para dirigir la orquesta blaugrana. En segundo lugar, porque considero un cliché afirmar que Fábregas es vertiginoso. Es dinámico, de acuerdo, pero no vertiginoso. ¿Acaso Perarnau no ha visto cómo juegan Di María y Cristiano 'Forrest Gump' Ronaldo? Estos dos sí que son jugadores vertiginosos, jugadores que corren con faldas y a loco, como pollos sin cabeza. (Hoy, viendo el enésimo tostón de los chicos de Mou, vi a Cristiano Ronaldo corriendo hasta posicionarse como punta de lanza, el portugués sólo veía el balón, que alguien poseía en la banda contraria, pero no se dio cuenta de que esa posición ya estaba ocupada por Benzemá, los dos se hubieran estorbado; y el señor Mou dice que Cristiano está a la altura de Messi, el entrenador del Madrid es un manipulador profesional, en sus tarjetas de presentación debería escribir: José Mourinho. Profesión: Manipulador.)

     Yo creo que todos estamos de acuerdo en que Fábregas no es tan vertiginoso como Di María, yo especulo que si Fábregas jugara como juega ahora en el Barcelona, pero en el Madrid, los merengones dirían que es demasiado lento, que ralentiza demasiado el juego. Cosas de la vida. Pero dejemos las especulaciones, porque considero que debemos profundizar un poco más sobre los comentarios de Martí Perarnau sobre esos dos estilos que convivieron en un mismo partido: por supuesto, me refiero al partido del pasado sábado en Riazor, en el que Cesc jugó 60 minutos, y Xavi: 30. Yo creo que las ventajas de jugar con Xavi como director de orquesta todas las conocemos, sin embargo, creo que no se conocen mucho las ventajas de jugar con Cesc, no sólo el dinamismo y la verticalidad que aporta Cesc (y que, como digo, era muy parecida a la que imprimió Xavi en aquel famoso 2 a 6), sino también otras cuestiones que son muy importantes. Empecemos por las ventajas tácticas. 

   Tito ha utilizado dos sistemas tácticos en el medio campo: un 2+2, y un 1+3. Es decir, ha utilizado dos pivotes y dos mediapuntas (2+2), pero en ocasiones, en el mismo partido, uno de esos pivotes (Cesc o Xavi) suben hasta 3/4, por tanto queda Sergio Busquets solo en la base, con tres mediapuntas (1+3). El sistema táctico 2+2 es mucho más defensivo, desde luego, no sólo porque tienes un jugador más para las transiciones defensivas, sino porque, cuando tienes el balón, el otro pivote te ofrece una línea de pase horizontal que es mucho más segura. En cambio, el sistema táctico 1+3 es mucho más ofensivo, qué duda cabe. Sobre todo, porque tienes un jugador más a las espaldas de los mediocentros defensivos del equipo contrario (contra el Barcelona, casi todos los equipos juegan con el famoso trivote, es decir, con tres mediocentros defensivos, por lo que cuando se juega con el 2+2, sólo tienes dos mediapuntas contra tres mediocentros defensivos, esta inferioridad numérica se iguala cuando sumas un mediapunta más). Además, Messi tiene un compañero más, alguien con el que tocar, alguien que distraiga a los defensores rivales. Distracción que Messi echó de menos contra el Celtic. 


Como vemos en esta foto, Messi está rodeado de tres rivales del Celtic.  Dos de ellos son los dos jugadores que están por detrás del balón (los dos altos, morenos), uno de ellos se llama Embrose, un central nigeriano, el otro, el que porta el número 67 a la espalda es el mediocentro defensivo: Wanyama. Ambos estuvieron pendientes todo el partido de Messi. Como sabemos una de las virtudes de Messi es su juego entrelíneas, es realmente relevante cómo Messi flota entre las dos líneas defensivas, para recibir un pase y encarar a portería. La cuestión es que los rivales ya han estudiado mucho a Messi, y lo que han hecho, por ejemplo el Celtic, es retrasar a su mediocentro defensivo, que flotó entre las dos líneas defensivas, para obstruir la línea de pase hacia Messi, o en su defecto, para incomodarlo su recepción. La otra variante táctica es colocar a uno de los defensores centrales, prácticamente como un falso stopper, unos dos o tres metros por delante de la última línea defensiva, para cortar a Messi en cuanto se da la vuelta. 

    Así pues, cuando Messi recibe, hay dos jugadores rivales que están prácticamente encima de él, aun cuando Messi está flotando entre líneas, dos jugadores del rival juegan más sueltos, uno como un falso mediocentro que se incrusta entre las dos líneas defensivas (así jugó Gonalons en el España vs Francia), y el otro que actúa como un falso stopper (como hizo, por ejemplo, Sergio Ramos en el reciente partido de Liga contra los merengues). Aquí es cuando se entiende por qué Tito ha utilizado el sistema 1+3: subes a uno de tus pivotes como mediapunta para no sólo crear una línea de pase diferencial, sino también para distraer a los defensores rivales, a los dos hombres que están flotando sobre Messi. En mi post anterior, señalé que esta fue una de las virtudes de Fábregas cuando jugaba como mediapunta. Además, con el dinamismo que caracteriza a Fábregas, puedes aprovechar los dos sistemas tácticos: el 2+2 más defensivo, y el 1+3 más ofensivo que sirve de apoyo a Messi. Con Fábregas tienes esta ventaja, amén de su dinamismo, Fábregas juega tan bien por detrás de la pelota, como para delante de ella. Juega bien acarreando el balón desde la base, como realizando aperturas en la mediapunta. Hay que señalar que Fábregas puede jugar a las tres alturas: en la base, como enganche, y como mediapunta. 

Como vemos en esta foto, el Madrid juntó mucho sus dos líneas, precisamente para evitar el juego entrelíneas de Messi, lo que ocasiona que dejen un hueco importante a sus espaldas. Aquí es donde se puede aprovechar otra de las virtudes de Cesc Fábregas: sus llegadas desde segunda línea. Y yo siempre he dicho que el fútbol es como una manta: si te cubres los pies, te descubres la cabeza. Si los rivales juntan mucho las líneas para cerrar los pasillos de Messi, Fábregas puede aprovechar el espacio que dejan los rivales a sus espaldas: ya sea como lanzador, o como llegador desde segunda línea. Además, por supuesto, Fábregas es el socio perfecto para Messi. Creo que hemos encontrado el camino correcto para salir del laberinto. 

    Sí, porque el camino correcto del laberinto blaugrana es encontrar a Messi, es crear las mejores condiciones para que el mejor jugador del mundo (con una diferencia muy grande sobre los demás), pueda desplegar su fútbol de otro planeta. El camino correcto es crear el mejor hábitat posible para el extraterrestre. El camino correcto es crear esa escalera de pases que lleguen a Messi, que Messi tenga socios con los que tirar paredes para eliminar a los odiosos adversarios. Yo considero que Perarnau se olvidó de algo cuando nos planteó la bifurcación entre Xavi y Fábregas. Se olvidó que la mejor bifurcación será la que conduzca hacia Messi, que el mejor estilo será el que favorezca a Messi, el que sea capaz de crear las mejores situaciones de juego para Messi. En Riazor, me gustó el juego de Fábregas, precisamente porque eligió los caminos correctos del laberinto blaugrana que conducen a Messi. En cambio, contra el Celtic, me pareció que Messi echó en falta al socio que lo acompañase para eliminar a esos molestos defensores que estaban en búsqueda y captura del argentino. Contra el Celtic, no sólo faltó el dinamismo de Cesc para agilizar el ataque posicional tan estático del Barcelona, no sólo faltó la velocidad de Cesc para acelerar la circulación del balón que fue muy lenta, sino que también, a mi juicio, faltó un socio para Messi. 


Hemos encontrado el camino correcto, hemos analizado que la utilización de tres mediapuntas tiene como finalidad que estos dos jugadores del Celtic tengan más trabajo,  un mediapunta más crea una distracción, estos dos jugadores tan molestos ya no sólo estarán pendientes de Messi, los defensores rivales que estén flotando sobre Messi también tendrán que cuidarse de otro mediapunta con la peligrosidad de Fábregas.  No es mala idea la de Tito, no. Funcionará en la medida en que estos dos jugadores estén también pendientes de Fábregas, o del otro mediapunta. Funcionará en la medida en que Fábregas logre arrastrar la marca de estos dos jugadores (cuando menos de uno), para crear un mínimo resquicio por el que se pueda colar Messi. Funcionará en la medida en que Fábregas entienda, como lo entendió muy bien Xavi, que el camino correcto del laberinto blaugrana consiste en distraer y engañar al rival a fin de que Messi no sea el único foco de atención.

   No quiero acabar este post sin señalar que hay otro jugador que considero muy importante en la transición del posxavismo, alguien que pueda aglutinar mucho balón para crear ventajas para sus compañeros (como hizo Xavi en esa pelopina famosa), alguien que ha colaborado una barbaridad para que la posesión del Barcelona sea tan alta, para que el balón circule con mucha fluidez gracias a su velocidad mental (me dolían los ojos al ver cómo Song perdía dos tiempos en la recepción del balón y en la elección del pase), un grandísimo jugador que le da una fluidez y rapidez impresionantes a la circulación del balón, como quizás nadie se la da en su puesto, un grandísimo jugador que deberá asumir mayor protagonismo para conservar las posesiones tan abrumadoras del guardiolismo durante varios años (que eso es lo que preocupa a algunos: que se pierda la posesión en el posxavismo). Me refiero, por supuesto, a este grandísimo jugador. Para mí el MVP del pasado Mundial de Sudáfrica. Casi nada. Hablando de laberintos, este jugador es capaz de salir de los laberintos con bifurcaciones infinitas, de los laberintos rizoma, que son de los más complejos, como si tal cosa. 

domingo, 21 de octubre de 2012

EL MALABARISMO BLAUGRANA Y LA PEGADA DE MESSI

Ha dicho varias veces Mourinho, con su prepotencia habitual, que a él no le importa el balón, que sus equipos no necesitan el balón. En una ocasión, dijo una frase delirante: que él no quería la posesión del balón, para no agotar a los rivales. Ya, lo que más le importa a Mou es el fair-play, ya. La verdad es que Mourinho o no sabe de fútbol, o sí sabe, pero lo disimula muy bien. La posesión del balón te proporciona muchos beneficios, sin duda, uno de ellos es que puedes controlar un partido bastante bien, a pesar de estar jugando como visitante, y con un hombre menos, debido a una expulsión injusta. 

   Dijo una vez el míster HH (Helenio Herrera), que se jugaba mejor con 10 que con 11. Lo que pretendía decir el míster HH era que sus jugadores se motivaban más, corrían más, cuando estaban en inferioridad numérica. Lo que no sabía el míster HH, y lo que al parecer no sabe Mou, es que jugando con la posesión del balón, con un perfecto desempeño táctico-posicional, puedes controlar un partido con inferioridad numérica. Sí, esta es una de las ventajas de la posesión del balón: puedes controlar un partido que, de otra forma, se te pondría muy cara de perro. Con diez menos, los equipos de Mou (y los demás), las pasarían canutas, defendiendo atrás con todos sus hombres, poniendo a su delantero centro como mediocentro, a sus extremos como segundos laterales, defendiendo prácticamente como se hace en el balonmano. Así hemos visto al Inter de Mou, al Chelsea de Di Matteo, defender la inferioridad numérica ante el Barcelona. Ayer, con un hombre menos durante toda la segunda parte, el Barcelona pasó menos apuros de los que debería haber pasado si no hubiera controlado el balón como lo controlaron Xavi, Busquets e Iniesta (a pesar de que no fue el mejor partido del manchego). Para esto sirve la posesión, señor Mourinho, para esto. 

   Yo he discutido largamente con algunos merengones sobre el famoso partido de semifinales que el Barcelona jugó en San Siro (contra el Inter de Mou), los merengues aducen que es una excusa barata que el Barcelona tuviera que viajar a Milán por autocar, debido a la erupción del volcán islandés. Aducen los merengones que el Barcelona estuvo bien físicamente, y que incluso pudo encerrar al Inter atrás en los últimos veinte minutos. Yo les digo, parafraseando a Clinton: "Es la posesión, you idiot!". Sí, en efecto, es la posesión lo que permitió que el Barcelona jugara más o menos bien, en lo físico, ese partido. Pero yo pregunto: ¿qué hubiera pasado si hubiera sido al réves, si el Inter de Mou hubiera tenido que viajar 2.000 kilómetros en autocar, para llegar a Barcelona, y tener que perseguir el balón durante 90 minutos? Goleada de escándalo, seguro. Y claro, las quejas de Mou hubieran subido de tono, su paranoia contra las conspiraciones judeomasónicas hubiera sido de órdago. Es lo que tiene la posesión: es un suplicio perseguir el balón sin descanso. Esto lo sabía Laureano Ruiz, el inventor del rondó.

   El de ayer era un partido de los que tienden a romperse, de los que tienden a desesperar a los jugadores, de los que, casi siempre, acaban con un descontrol absoluto. Beneficioso para los que están perdiendo, perjudicial para los que van ganando. El de ayer era de esos partidos que siempre, o casi siempre, se rompen. Muchos errores individuales que costaron muy caro: tres de los cuatro goles fueron producto de errores individuales de jugadores blaugranas. El árbitro cometió muchos errores y muy graves. Los jugadores rivales, sobre todo, Riki, hicieron mucho teatro. (En Galicia también hay teatro, y del bueno. Bueno, en Galicia se inventó el esperpento, no digo más.) El árbitro dejó al equipo blaugrana con diez por una acción fortuita que ni siquiera era falta (ya veremos si Paradas Romero termina en la nevera, ya veremos). En casi todos los partidos, con casi todos los equipos, estas circunstancias tan azarosas romperían el partido, el partido se convertiría en un correcalles, en un intercambio de golpes vertiginosos. El equipo perjudicado (en este caso, el Barcelona), apelaría a la épica, a la testiculina, a ganar con dos narices, a redoblar esfuerzos para vencer las tremendas adversidades, a dejarse la piel. La épica que tanto nos venden desde algunos sitios malsanos. El Barcelona no apeló a nada de esas necedades tipo Braveheart; el Barcelona utilizó el arma que tiene para solventar partidos complicados: la posesión. Y el partido fue bastante tranquilo. 

Yo no sé qué partido vieron aquellos que afirman que fue un partido de locos, la verdad es que para mí no lo fue. Sí lo fue en el marcador, pero no en la cancha. El Barcelona, salvo unos cuantos minutos (digamos que del minuto 25 al 35 de la primera parte, y los primeros 5 y los últimos de la segunda parte), controló bastante bien el partido. Mucho mejor cuando estuvo Xavi en el campo, desde luego, para eso lo metió Tito. Pero no estoy de acuerdo con los que dicen que con Fábregas en el campo el equipo blaugrana tuvo descontrol. Yo no compro esa moto averiada. La verdad es que el partido de ayer de Cesc Fábregas hubiera sido memorable, si dos personajes no se hubieran empeñado en quitarle protagonismo: uno fue Leo Messi, para bien; el otro fue el árbitro, que estuvo desastroso. Si estos dos no hubieran aparecido, Fábregas hubiera robado cámara. 

    Comenté aquí hace unos cuantos posts, que para mí el mejor partido de Fábregas fue contra el Valencia, jugando como interior derecho, en aquel partido estuvo espléndido, rozando el gol, ayer volvió a jugar por detrás del balón, eso sí, moviéndose de arriba-abajo, como en sus mejores tiempos del Arsenal, cuando era un mediocampista con mentalidad box to box (de área a área), cuando organizaba, a sus 21 añitos, y creaba todo el volumen de juego de los Gunners. Ayer se apareció ese jugador, o un fantasma que se parecía mucho a ese Cesc. Jugando, como digo, casi siempre por detrás del balón, aunque en varias fases del juego se ubicó en la mediapunta. Ayer fue un partido diferente: el equipo blaugrana no utilizó sólo una formación táctica, sino varias: jugó con dos pivotes defensivos, que casi siempre eran Fábregas y Busquets, pero también jugó con un mediocentro (Sergio), dos interiores, que eran Iniesta y Fábregas, y con un mediapunta: Messi. Pero también jugó con un sólo mediocentro (el partido de Busquets fue imperial), con los otros tres jugando de mediapunta. Lo que me llamó la atención es que estos cambios tácticos eran muy fluidos, no parecían estudiados, sino instintivos. Es decir, tengo la impresión de que Tito ha entrenado muchas veces estos sistemas posicionales, pero ha dejado que sean los jugadores los que decidan en cada momento qué posición deben ocupar. 

    Esto sólo se puede realizar con un equipo que está bien coordinado, que está bien entrenado, pero que además, muy importante, tiene unos jugadores inteligentes que saben leer el partido. Y sí, tenemos a cuatro jugadores que saben leer muy bien el partido. Ayer se coordinaron perfectamente para cambiar de color como el camaleón, interpretando en todo momento la mejor táctica posicional para atacar y defender. Eso sí, varias veces vi a los jugadores hablando entre sí, viendo la posición del otro para coordinarse mejor. Para tener un posicionamiento más adecuado a fin de evitar las tan temidas transiciones defensivas. Ayer sólo ocurrió una transición defensiva del Barcelona que fue fallida, que fue producto de una pérdida de balón de Messi (ya hablaremos de ello), y que fue precisamente la que ocasionó el penalti inexistente. Por lo demás, el Barcelona siempre estuvo bien posicionado en defensa, excepto los dos centrales (en momentos puntuales). Otra cosa son los errores individuales, sobre todo, de Valdés. 


   He leído, incluso el día de ayer, que Cesc Fábregas es demasiado vertical, que tiene demasiado descontrol, que pierde muchos balones, incluso los periodistas que elogian la genialidad de Cesc (como Besa), dicen que la pareja de Cesc con Messi propicia la pérdida reiterada del balón (habría que decir que fue Messi el que perdió más balones, no Fábregas). Como vemos en la foto de arriba, las acusaciones de que Cesc es demasiado vertical, que pierde muchos balones, es un mito, una leyenda urbana. No es cierto. En la foto podemos ver los 95 pases que dio Fábregas: sólo falló 6 (que son las líneas rojas), pero esas pérdidas de balón fueron de alta calidad (ahora explicaré esto). Podemos ver que casi todos los pases de Fábregas fueron pases cortos, pases en diagonal, pases que lanzó en el campo del rival (el Barcelona atacaba de derecha a izquierda). Esta foto desmiente muchos de los mitos que se dicen de Fábregas: no es demasiado vertical, de hecho, sólo hay unos cuatro pases que sí son muy verticales, son los que están señalados en amarillo. Son cuatro asistencias que dio, dos de ellas acabaron en gol (más el taconazo a Messi en el tercer gol), una de ellas fue una gran asistencia a Pedro, después de conducir el balón desde la propia cancha, que desgraciadamente no acabó en gol. ¿Es un crimen buscar el pase vertical entrelíneas para batir líneas defensivas y dejar a un compañero sólo ante el portero? ¡Faltaría más!

   Cesc no es puro descontrol, ni es puro vértigo, ni es un jugador que sólo sabe jugar vertical, ahí está el vídeo y la fotografía de sus pases para demostrar lo contrario. Cesc se está asentando bien en la posición del interior, desde luego, todavía no tiene los mecanismos de control que tienen Xavi e Iniesta (y que Busquets está adquiriendo con una elegancia impresionante), vale, todavía no tiene ese control seco en estático que tienen esos cracks (lo de Cesc es el control orientado, que es más ofensivo), Cesc no tiene esas recepciones tan pulcras y esos pases impecables de sus compañeros, pero si los adquiere, si Cesc logra adquirir una técnica más defensiva, más de control, sin duda, podrá ser un interior de posesión de gran calidad. Porque tiene otras muchas cosas que demostró ayer: dominó el juego desde la base, dibujó jugadas magistrales hacia la portería de Aranzubía, lanzó cambios de orientación para obligar la basculación del rival, generó mucho volumen de juego por detrás del balón, tocó y tocó, aglutinó bastante el balón para atraer marcas, ofreció lineas de pases diferenciales a la altura que el equipo necesitaba, arrastró a los centrales (sobre todo, Zé Castro), para dejar espacios a Messi. Jugó bien por detrás y por delante del balón. Y tuvo bastante control en los momentos puntuales del partido: yo vi rondós muy largos del equipo blaugrana en los instantes más importantes del partido, cuando parecía que se iba a romper, pero no se rompió. Parte de la 'culpa' de que no se rompiera el partido fue Cesc. 

     El equipo blaugrana, ahora mismo, está realizando malabarismos para encajar dos estilos de juegos diferentes: el de Cesc, que es más dinámico, al de Xavi, que era mucho más de control, de masticar la jugada. Se está haciendo, por varias razones: no sólo por el posible retiro de Xavi de los terrenos de juego (que probablemente ocurrirá dentro de tres o cuatro años, sí se le sabe dosificar), sino porque esa fórmula de controlar siempre el balón con una posesión abrumadora, tenía un defecto: el balón se utilizaba muchas veces para protegerse, no para atacar al rival. Cuando algunos entrenadores se dieron cuenta de esto, decidieron una estrategia que resultó muy efectiva: presionar muy arriba, asfixiar a Xavi, cuando el equipo blaugrana solamente tenía el balón para protegerse. En la mejor campaña blaugrana hasta ahora, en la que Xavi ejerció más control de juego, en la 2010-2011, no obstante, ocurrió un hecho preocupante: el partido de Copa en Mestalla, en cuyo primer tiempo, el Barcelona no pudo salir de su campo. La fórmula de control por medio de Xavi no es eterna, ni va a funcionar siempre, funcionó extraordinariamente bien en esa campaña, pero eso en fútbol no significa nada, lo que te funcionaba ayer ya no te funciona hoy, porque los rivales ya te han pillado el truco. Ahora mismo el Barcelona está haciendo malabarismos para encontrar una nueva fórmula que funcione: el control más dinámico. Controlar el partido, pero siempre pensando en el área rival. Para esto se fichó a Cesc, que hasta ahora, no había funcionado tan bien, quizás por un problema de desconfianza, no lo sé. Un punto clave son las pérdidas de balón, cómo y dónde se producen.

¿Todas las pérdidas de balón son iguales? No, evidentemente, no. Cuando un periodista escribe sobre las pérdidas de balón señalando a un jugador específico, muchas veces, no repara en algunas cuestiones. Por ejemplo, si los compañeros le ofrecían líneas de pase, o no, porque sin líneas de pases es casi imposible conservar el balón. Tampoco reparan los periodistas en la calidad de las pérdidas de balón, en qué sector de la cancha ocurrieron (observar que las pérdidas de balón de Cesc son de 3/4 hacia adelante), por qué ocurrieron, si la pérdida del balón fue forzada por el rival, o no. No se explica, entonces, que se escriba sobre las pérdidas de balón de Cesc: por dos razones: porque ocurrieron muy pocas (solo 6), y porque fueron pérdidas de alta calidad, que no propiciaron problemas en la transición defensiva del equipo blaugrana. Ponemos un ejemplo: en la asistencia a Jordi Alba, Cesc tira un pase vertical entrelíneas que batió a dos líneas defensivas rivales. Es un pase que es más fácil de defender, es un pase que tiene altas probabilidades de perderse, de acuerdo. Pero en ese instante, el Deportivo estaba por detrás del balón, había 9 jugadores (más el portero), defendiendo por detrás de la línea de interiores (en 3/4), por lo tanto, si pierdes el balón, seguramente no tendrás muchos problemas con la transición defensiva, con el posible contragolpe del rival. Hubiera sido, en todo caso, una pérdida de alta calidad. No ocurrió así con Messi. 

   Ha ocurrido en fechas recientes que Messi ha bajado hasta la base para acarrear balones, para batir líneas con su conducción portentosa, no obstante, esto ha ocasionado pérdidas de balón que han ocasionado problemas: ayer, contra el Deportivo, Messi perdió un balón que ocasionó el contragolpe de los gallegos que acabó en el penalti inexistente. Pero el problema de esas pérdidas no es  Messi, es lógico que pierda balones el que más arriesga, es natural que Messi pierda algunos balones, porque, como digo, sus conducciones benefician mucho al equipo, abriendo espacios donde no los hay. No obstante, veo dos problemas: cuando Messi tiene el balón, el Barcelona está muy mal resguardado, porque casi todos los jugadores están por delante del balón, excepto Busquets (que incluso a veces está en paralelo), y algunos defensores (en ocasiones sólo dos, como ocurrió en Stamford Bridge). ¿Por qué ocurre esto? Porque lo que se intenta es abrir mucho las líneas de pases para Messi, con lo que se logra arrastrar a los rivales fuera de Messi, y dejar espacios que el argentino sabe aprovechar. Además, para aprovechar esos espacios cuando Messi ha eliminado uno o dos adversarios, y los demás rivales tienen que dejar su sitio (y por consiguiente, a su marcador), para intentar obstruir a Messi. Esto puede funcionar perfectamente cuando Messi esté el 100%, pero todavía no lo está. Sus pérdidas de balón son una verdadera sangría. Repito, la culpa no es de Messi, sino que todo el posicionamiento del equipo está fallando cuando Messi tiene el balón. 


Eso sí, a pesar de que Messi no está a su nivel óptimo (yo creo que le falta un mes para alcanzarlo), contra el Deportivo anotó tres goles, como si tal cosa. Este equipo, gracias a Messi, tiene una pegada brutal, que, en este inicio de temporada (no ayer, por ejemplo, pero sí en Osasuna), está propiciando que el equipo blaugrana haya logrado casi un pleno de victorias, sin mostrar, todavía, su mejor nivel de juego. ¿Qué ocurrirá cuando el Barcelona alcance su mejor nivel de juego? ¿Qué ocurrirá cuando Messi alcance su mejor nivel de juego? No lo sé, pero sí me imagino que lo disfrutaremos mucho. Eso sí, el partido de ayer contra el Depor me dejó buenas sensaciones: en la temporada pasada, estos partidos se perdían o se empataban, en la temporada pasada los errores condicionaban mucho (recuerdo Anoeta), ahora esos partidos se ganan a pesar de errores de concentración puntuales. Es la diferencia de un equipo campeón de otro que no lo fue. 

miércoles, 17 de octubre de 2012

EL GOL QUE SOÑÓ PELÉ

Tenía la intención de escribir largo y tendido sobre Andrés Iniesta, porque me parece que la figura del manchego puede ser clave para contestar las ecuaciones que ha planteado Martí Perarnau sobre el debate entre vértigo y pausa, sobre la relación entre Xavi y Cesc, y sobre la messidependencia. Sin embargo, tengo una cuenta pendiente, tengo que escribir sobre un encargo que debo desde hace tiempo atrás, y aprovecho el parón liguero para hablar de ello. En un futuro escribiré sobre el caso de Andrés Iniesta, sobre las soluciones que nos puede proporcionar Andrés a los problemas del Barcelona, pero ahora tengo que hablar del gol que soñó Pelé

    Corría el minuto 25 del partido entre el Santos y el Flamengo, el lateral izquierdo del Santos recoge un rechace y observa el desmarque de apoyo de Neymar, que está pegado a la cal. Hay que hacer hincapié en varias cuestiones: en primer lugar, Neymar recibe el balón muy pegado a la cal, más cerca del mediocampo que de la portería rival, no obstante, atrae la marca de dos jugadores del Flamengo. Esto es muy importante, porque al arrastrar marcas hacia fuera, el equipo tiene espacios por dentro, tiene espacios para realizar el juego interior (que es la especialidad del equipo blaugrana), como se verá más adelante, conforme avanza Neymar se observa que hay espacios interiores en la defensa del Flamengo, pues Neymar ha arrastrado a varios jugadores rivales hacia fuera, creando espacios por dentro (que podría aprovechar Messi, por ejemplo). Esto es lo que llamo estirar la lona. 


Otra cuestión muy importante a destacar es la facilidad con la que Neymar dribla en espacios reducidos, tiene un regate eléctrico, muy corto, rápido y preciso, que le permite eliminar a dos rivales que lo están marcando como si tal cosa. Junto con Messi, Neymar me parece el mejor jugador para regatear en espacios reducidos, tanto el brasileño como el argentino son capaces de escabullirse por el hueco de un muro, son capaces de driblar en medio de dos o tres marcadores que están ejerciendo una presión asfixiante sobre ellos. (Vamos, que ambos son capaces de regatear a dos sardinas dentro de una lata, o a todo el equipo rival en un espacio tan reducido como este.) En esa jugada de Neymar, observamos que está marcado por dos jugadores, está muy cerca de la línea de cal (a la que debemos considerar siempre como un marcador más). Prácticamente Neymar sólo tiene una opción: y sale por ahí manejando la pelota con una precisión y velocidad prodigiosas. Neymar es capaz de generar superioridad numérica por sí mismo, es un generador de espacios, no tan portentoso como Messi, pero mejor que nadie más en el fútbol actual. 

    Otro aspecto a destacar son los desmarques de apoyo de Neymar, que siempre genera líneas de pases diagonales para sus compañeros, incluso en situaciones problemáticas, como vemos en esta jugada. Los desmarques de apoyo de Neymar tienen calidad y cantidad, como digo, generan líneas de pases diagonales que le proporcionan una anchura casi irreal a su equipo, además, esos apoyos le proporcionan una altura más a su equipo, un escalón de calidad entre el mediocampo y la delantera. Esto es muy importante para el ataque posicional, para establecer una escalera de pases hacia la portería. Muchos de estos desmarques de apoyo de Neymar proporcionan no sólo una progresión muy importante a sus mediocampistas (sobre todo, a Ganso, que muchas veces desaparecía), sino incluso a sus laterales. Como digo, Neymar brinda muchas veces un escalón de calidad entre la delantera y el mediocampo. 


Otra cuestión a destacar es la capacidad prodigiosa que tiene Neymar para jugar de espaldas. Su giro es realmente impresionante. No hay nadie en el mundo capaz de recibir el balón de espaldas y girar con la capacidad con la que lo hace Neymar. Recibe de espaldas, gira y regatea en el mismo movimiento, con un solo toque del balón, y lo hace para los dos perfiles con la misma facilidad. Esto es muy  beneficioso para el equipo, porque te genera ventajas, porque crea espacios importantes (por ejemplo, entre los centrales, cuando Neymar hace un desmarque de apoyo desde la posición del nueve clásico). Se recomienda siempre a los chavales recibir el balón con el cuerpo de perfil, con el culo hacia la banda, para tener controlado tanto el pase como al marcador. Sin embargo, Neymar recibiendo de espaldas es más peligroso que la mayoría de jugadores recibiendo de frente o de perfil.

    Decía Ricardo Enrique Bochini (mejor conocido como 'El Bocha'), que existen dos formas para eliminar a los odiosos adversarios: con gambetas, y con paredes. Yo confieso que soy un enamorado de las paredes, me parece la mejor forma para eliminar a los adversarios, para batir líneas. La pared es indefendible: porque el balón pasa por un lado, mientras que el jugador corre por el otro lado de su marcador, quien no sabe qué hacer: interceptar al balón o al jugador. Finalmente, cuando el marcador se gira, el atacante ha aprovechado esas décimas de segundo de indecisión de su marcador para eliminarlo. La pared es indefendible. Yo conmino siempre a todos los equipos a practicar las paredes. Las paredes deben entrenarse siempre, deben practicarse varios tipos de paredes, yo las clasifico dependiendo de los dos pases de la pared: llamo pared lateral-lateral, a una pared en la que los dos pases son laterales. Pared lateral-diagonal, si el primer pase es lateral, y el segundo es diagonal; pared diagonal-lateral, cuando ocurre al revés. La pared más utilizada, por supuesto, es la pared diagonal-diagonal, en la que prácticamente el jugador que sirve como apoyo, como pivote, es una pared y devuelve el balón, como si hubiera pegado en una pared. La trayectoria del balón es la natural y forma una 'V'. El Fútbol Club Barcelona, para deleite de todos los amantes del buen fútbol, es el equipo que más paredes trenza. En este partido memorable, podemos observar que la primera jugada de ataque del Barcelona es una doble pared (aunque no continua), entre Adriano y Xavi. La primera pared es lateral-lateral, la segunda es lateral-diagonal. Lástima que no acabara en gol. (Eso sí, llama la atención que Adriano, en la segunda pared, corre por dentro de Aurtenetxe, en vez de hacerlo por fuera.) También es destacable que la primer pared entre Adriano y Xavi es larga, mientras que la segunda es en corto. El Barcelona se ha convertido, para bien, en un equipo en el que todos son capaces de trenzar paredes sencillas, y dobles. Pero la magia surge cuando se juntan Messi e Iniesta, capaces de trenzar dobles paredes portentosas (en forma de 'W', es decir, dos paredes diagonales-diagonales), que acaban en goles sublimes, como ocurrió contra el Viktoria Plzen. 


Neymar es conocido por su capacidad para regatear, es conocido por su facilidad para eliminar rivales con sus gambetas increíbles, no obstante, yo he observado muchos partidos del Santos, y puedo afirmar que el juego colectivo de Neymar, tan infravolarado, es bastante bueno, es muy bueno. Este chaval tiene talento para jugar al fútbol, mucho más talento que Cristiano 'Forrest Gump' Ronaldo, para asociarse con sus compañeros. Entiende Neymar lo que nos dijo el gran Bochini: con paredes también se pueden eliminar adversarios, y en ese famoso gol contra el Flamengo, podemos observar una bonita pared entre Neymar y Borges, una pared larga, profunda, que es además: vertical-diagonal. Obviamente, no es una pared sencilla, que requiere de mucha velocidad y rapidez para ejecutarla adecuadamente. Neymar logra batir una línea enemiga, gracias a esa pared no muy habitual, a pesar de que la devolución no es tan buena, pues Borges le devuelve el balón hacia el pie izquierdo. Sobra decir que tendría que haberlo hecho hacia el pie derecho por dos razones, porque el pie derecho está más alejado del rival que marca a Neymar, y porque la mejor parte del pie para realizar un control es la parte interior. No obstante, Neymar controla el balón con su pie izquierdo, con el empeine, con parte de la puntera, sin perder un tiempo, realiza un control orientado impresionante. En el fútbol, la exuberancia técnica no es un lujo, sino una necesidad. 

     Después de controlar el pase complicado de Borges, Neymar tiene espacio para la conducción, merced a que ha eliminado rivales con regates y con una pared. Su conducción del balón es realmente impresionante: lleva el balón casi pegado al pie, a pesar de que va a una velocidad bastante alta (no a la velocidad punta, que Neymar alcanza en pocos metros, gracias a su potente arrancada, y que conserva casi sin merma alguna durante 40-50 metros, gracias a su   vigorosa resistencia anaeróbica). Conducción muy pulcra, pesar de que durante varios metros, un defensor va mordiéndole los talones, literalmente. No obstante, es admirable que Neymar no pierda un tiempo, sigue conduciendo el balón con mucha solvencia, a pesar del marcaje tan complicado del jugador del Flamengo. (Muchos jugadores que yo me sé no son capaces de conducir el balón con tanta pulcritud sin marcaje alguno). Llama la atención la combinación de potencia y elegancia, de explosividad y agilidad, de plasticidad y fuerza con la que juega Neymar. Llama la atención también una cosa: a pesar de que tiene espacio para encarar la portería rival verticalmente, no obstante, Neymar prefiere realizar una conducción un poco sesgada, no se dirige directo a la portería, sino de manera oblicua. Esto, desde luego, tiene una explicación: obligar al defensa central del Flamengo a bascular hacia su izquierda, a desplazarse lateralmente, dejando un espacio que Neymar sabe aprovechar con un regate insuperable. 

    Una de las jugadas que más me impresionó de Pelé, amén de ese regate portentoso que dejó sentado al portero uruguayo Mazurkiewicz (que desgraciadamente no acabó en gol), fue una jugada que yo llamo el 'Regate de Pelé' (se puede ver en el minuto 6:07). En un regate convencional, el jugador y el balón pasan por el mismo lado del defensor, o el defensor pasa por un lado, y el balón por en medio de las piernas del defensor (lo que se llama un caño), no obstante, Pelé hacía un regate que consistía en tocar el balón por un lado del defensor, dejar que el defensor se pasara de largo, y correr por el otro lado del defensor. Es algo así como un autopase, pero no es eso, sino que es un regate. En un autopase, un jugador (pongamos a Gareth Bale), lanza un pase largo por un lado del defensor y corre por el otro, pero para ejecutar este autopase a la perfección se necesitan, cuando menos, unos veinte metros libres por detrás del defensor. Y dentro del área, como hace Pelé, es imposible tener esos veinte metros. En la frontal del área, que es donde regatea Neymar, los veinte metros son la distancia que hay hasta la portería. No es un autopase, sino que es el 'Regate de Pelé'.  

     Pero cómo funciona este 'Regate de Pelé' tan complicado que hace Neymar: deteniendo el vídeo en el minuto 0:52, se puede observar algo muy interesante: cuando Neymar pisa el balón con su pie derecho, dirigiéndolo hacia su pie izquierdo, el defensa del Flamengo está justo enfrente de él, obstruyendo totalmente la futura trayectoria del balón. No obstante, Neymar hace una cosa complicadísima: golpea el balón hacia su izquierda (con su pie derecho), pero continúa corriendo hacia su derecha, esto ocasiona que el defensor dé dos pasos hacia su izquierda, dejando totalmente libre la trayectoria del balón. Para ejecutar este regate como lo hace Neymar, se necesita una coordinación formidable del espacio-tiempo. Pelé lograba realizar su famoso regate porque los defensas se pasaban de largo, aquí no. Aquí Neymar logra este 'Regate de Pelé', bastante más complicado, porque engaña al defensor con todo su cuerpo, lo engaña con toda la trayectoria de su conducción (que como escribí anteriormente, esa conducción estaba sesgada, precisamente para mover al defensor hacia la izquierda). Es un regate espectacular, fantástico, uno de los mejores que he visto, quizás el mejor. 


     Y después de salir de su regate espectacular, Neymar enfrenta al portero, pero no se acelera, no se apresura. A pesar de que el portero está saliendo, a pesar de que dos defensores están cerrando, Neymar no se apresura, no acelera, incluso disminuye un poco la velocidad del balón. ¿Para qué? Para esperar a que el portero se venza. Si Neymar hubiera golpeado el balón unas décimas de segundo antes, el portero hubiera atajado su disparo. Si se hubiera tardado unas décimas de segundo, cualquiera de los defensas le hubiera quitado el balón. Neymar demuestra en esta jugada, en su disparo, que tiene una intuición extraordinaria del espacio-tiempo. Dos cosas más hay que destacar: dispara hacia la derecha del portero, justo en el momento en que el portero se recuesta sobre su costado izquierdo. ¿Suerte? No, más bien intuición, era lo lógico, todo el flujo de la jugada se estaba desarrollando hacia la izquierda, era obvio que el portero se venciera hacia ese costado. 

    Mención aparte merece el disparo: Neymar golpea el balón con los tres dedos. Ese famoso golpeo que sólo saben hacer los brasileños y que algunos confunden. Perarnau comentó una vez que Özil golpeó el balón con los tres dedos, para dar una asistencia a Benzemá, en un partido contra el Apoel de Nicosia. Falso de toda falsedad. Ese golpeo fue con la parte exterior del empeine. (Esos periodistas que nunca han pateado un balón patinan mucho. Bueno, algunos periodistas sí patean el balón, pero mejor no deberían hacerlo, por dispensación médica. En una ocasión vi a Roncero haciendo bicicletas, pero más bien parecía un gorila bailando como Zorba el Griego.) Para saber con qué parte se golpea un balón, hay que analizar la trayectoria del balón. El golpeo de tres dedos ocasiona que el balón suba y baje con una parábola más cerrada, el balón regresa simulando el 'efecto boomerang'. Es un golpeo muy complicado, que se ve muy pocas veces y que sólo algunos brasileños con mucha técnica saben hacer. 

    Yo leí en un blog que Neymar golpeó el balón con la puntera, no es cierto, el golpeo con la puntera produce otra trayectoria del balón, y otro efecto. Cosas que están relacionados. Vamos a explicarlo rápidamente: digamos que golpeamos el balón con la parte interior del pie derecho, moviendo el pie hacia fuera. Esto ocasiona que el balón se mueva con rosca, que el balón gire sobre sí  mismo con efecto levógiro (es decir, en sentido contrario de las manecillas del reloj), este movimiento de rotación empuja y acelera el aire que rodea el balón, lo que ocasiona que aumente la presión del aire en esa parte que rodea el balón, este aumento de la presión empuja el balón hacia el sentido contrario, es decir, hacia la izquierda. Esta es la razón por la que el balón hace esa parábola cuando se golpea con efecto. Y como digo, viendo la trayectoria y el efecto del balón, se puede saber cómo y con qué parte se golpeó el balón. (En aquel famoso penalti que no se marcó por manos de Higuaín contra el Valencia, muchos ex árbitros dijeron que no era penalti: se equivocaron. En una toma se puede ver que el balón sale con efecto dextrógiro, y con una parábola hacia dentro. Esto sólo se puede conseguir golpeando el balón de derecha a izquierda, y eso no se puede hacer con el pecho, ni con el costado, sí se puede hacer con el brazo, y curiosamente 'El Pipita' mueve su brazo derecho de derecha a izquierda. Penalti y expulsión.)

    Pero volviendo al gol de Neymar contra el Flamengo, en la última repetición, la trasera a nivel de cancha, se puede observar que el balón tiene una rosca particular, que hace una parábola curiosa, no muy cerrada, que no se eleva mucho, y que baja hacia dentro antes de tocar la red. Observando el golpeo de Neymar advertí varias cosas: su pie de apoyo, el izquierdo, está bastante retrasado, su centro de gravedad está muy bajo, y prácticamente golpea el balón cuando la pierna derecha está terminando su trayectoria. Neymar hace todo esto para que el balón no se eleve demasiado, para controlar un golpeo que es muy complicado. Esto es más que una exquisita calidad técnica, es, simple y llanamente, talento para jugar al fútbol. Talento en estado puro. 



Parece un gol muy sencillo, pero realmente es muy complicado, pero mucho. Neymar lo hace ver sencillo. Los cracks hacen ver fácil lo que realmente es muy complicado. ¿Es un gol de crack? Yo digo que no, más bien diría que es un gol de autor. Es decir, un gol de Neymar, un gol que sólo podría hacer Neymar, y nadie más. No es un gol que cualquiera pueda imitar, para hacer este gol, se necesita el biotipo de Neymar que es bastante especial (quizás sólo alguien que yo me sé pueda hacer algo parecido). Es un GOL DE AUTOR. Parece el gol que soñó Pelé. 

domingo, 14 de octubre de 2012

CESC FÁBREGAS Y EL FALSO NUEVE (SEGUNDA PARTE)

Comentaba en mi anterior post algunas cuestiones que, me parece, debo profundizar más. Está la cuestión del falso nueve, que a mi juicio no se ha entendido perfectamente: el falso nueve no tiene una ubicación específica ni un lugar predeterminado. Como digo, el falso nueve es una fórmula, un concepto: dejar libre la zona del nueve puro para que la ocupe cualquier jugador. Yo he visto a Xavi ocupar el espacio del nueve puro varias veces, también a Iniesta. Se dice que Messi jugó como falso nueve en aquella famosa victoria en el Bernabéu (2 a 6), sin embargo, hay que matizar bastante esa apreciación. Uno: en los primeros 10 minutos, Messi jugó en la banda derecha, mientras que el nueve clásico era Eto'o. Ocurrió al minuto 10 que Eto'o se recostó hacia la banda derecha, dejando vacío ese espacio entre los centrales. ¿Lo ocupó Messi? No. ¿Ocupó una zona cercana al espacio entre centrales, es decir, como un nueve y medio? En ocasiones, pocas. Digamos que Messi jugó muy libre, unas veces ocupaba el sitio del 10, del 9 y 1/2, de un falso punta de lanza, también jugó como enganche, etcétera. ¿Alguien ocupó el sitio del nueve puro, mientras Messi jugaba alejado del área madridista? Pues sí, recuerdo que Eto'o entró a ocupar el sitio de nueve puro en algunas ocasiones. Incluso en una, realizó una ruptura entre los centrales, buscando un paso el hueco que le lanzó un Messi más retrasado. 

     Así que cuando escucho o leo que Messi ocupó la posición de falso nueve en ese célebre partido, pues yo no puedo evitar hacer una mueca de perplejidad y de disconformidad a partes iguales. Disconformidad, porque he visto muchos goles de Messi en la posición del nueve puro, llegando desde atrás, por sorpresa (vamos, lo que viene siendo un falso nueve), en este vídeo se pueden ver varios goles de Messi marcando en la posición del nueve puro. Observad los goles número 8 contra el Zaragoza, 12 contra el Bremen, 18 contra el Depor, 20 contra el Geta, 21 contra el Aleti (La Pulga marcó en la posición del nueve gracias a un pase de Eto'o), el 40 contra el Celtic. Todos estos goles los metió Messi como nueve puro, antes del famoso partido contra el Madrid, en el  cual Messi anotó dos goles: el 77 y el 78 (en este último podemos observar que Messi parte en la posición de punta lanza, cuando Xavi le da al servicio). Así que podemos decir que Messi ya tenía esa tendencia a ocupar el sitio del nueve puro, antes del 2 a 6. Y el falso nueve es eso: un jugador con tendencia a ocupar la posición del nueve, partiendo desde cualquier posición. La variante fue poner a Eto'o como extremo derecho, y dejar el sitio del nueve vacío. Eto'o bien pudo haber sido un segundo nueve mentiroso, bien pudo haber jugado como segundo falso nueve junto con Messi, si hubiera tenido más clarividencia para jugar al fútbol. 

    Comenté en mi post anterior que los inventores del falso nueve, los húngaros, no tenían a un sólo jugador para ocupar dicha 'posición' del falso nueve (pues el falso nueve no es ninguna posición), sino que había hasta tres jugadores con tendencia a ocupar el sitio del nueve puro. Generalmente eran dos, pero a veces se sumaba un tercero. Jugar con un falso nueve, con un nueve mentiroso único que pretende llegar por sorpresa para ocupar el sitio del nueve, ya no resultará tan sorpresivo, los centrales tendrán una referencia, una referencia que se mueve, que nunca está quieta, como el nueve puro, pero al fin y al cabo es una referencia. Cuando juegas con más de un falso nueve, la cosa cambia, los centrales ya no tienen una referencia, ya no saben cuál de los dos falsos nueve ocupará el sitio del nueve puro. Y eso es sorpresivo. Si el falso nueve juega como extremo derecho, desborda hasta la línea de meta, y centra hacia atrás para otro jugador que ha ocupado por SORPRESA el sitio del nueve puro, los centrales quedan desconcertados, como ocurrió en este en este gol de David Silva. Es una de las ventajas de jugar con dos nueve mentirosos. 

Cuando uno de los falsos nueve se recuesta a la banda derecha, dribla a la mitad del equipo contrario (como hizo Messi contra el Madrid en esta foto), al tener un segundo falso nueve, como Cesc, puedes generar mucho peligro, pues ese segundo falso nueve sabrá colocarse en el mejor sitio para marcar. Justo lo que hace en este caso Fábregas, que corre para ocupar un sitio por detrás de la defensa merengue que se ha desorganizado totalmente por una de las conducciones impresionantes de Lio Messi. Vemos en esta foto que Pedro va a ocupar la posición del nueve puro (también es un falso nueve, también), y que Fábregas va a ocupar el segundo palo, a espaldas de Arbeloa. Perfecta coordinación. Lástima que Arbeloa estuvo muy listo, porque fue una jugada portentosa. 

En cambio, cuando no tienes más que un falso nueve, es decir, cuando sólo uno de tus jugadores tiene esa tendencia a ocupar la posición del nueve puro, y ocurre que ese falso nueve se haya retrasado para jugar como enganche, digo que puede suceder lo que vemos en esta foto: Pedro centra desde la derecha, pero no hay nadie en la posición del nueve puro, a pesar de que la defensa del Madrid dejó un hueco muy amplio entre el punto de penalti y la portería de Casillas. Un hueco que un nueve puro hubiera rentabilizado adecuadamente. Pero Cesc ya no estaba en el campo, salió en cambio por Alexis. Messi estaba retrasado, razón por la cual, cuando Pedro iba a centrar, no había nadie dentro del área merengue. Alguien podría argumentar que la mejor solución para evitar esta ausencia de jugador sería jugar con un nueve puro. Pero yo veo dos problemas: un nueve puro estorba, ocupa el sitio que nadie más puede ocupar por sorpresa. Además de que un nueve falso te brinda otras opciones, como veremos a continuación. 

Un falso nueve como Fábregas tiene una ventaja muy clara sobre el nueve puro: su capacidad para generar fútbol, para asistir en el último pase, para jugar entrelíneas, en una palabra, por su mayor involucramiento y mejor desempeño en el juego colectivo. En esta foto podemos contemplar las dos opciones: un nueve puro estaría fijo entre los centrales, aportando muy poco al volumen de juego colectivo, mientras que un nueve falso como Fábregas, no jugaría fijo entre los centrales, sino flotando entrelíneas, jugando de apoyo para Messi. Y Fábregas sabe hacer muy bien eso: flotar entrelíneas para servir como apoyo a sus compañeros. Pongamos a Fábregas (que ya había salido en cambio por Alexis), en esta foto, y elucubremos qué podría hacer Cesc. Yo lo veo muy claro: estaría flotando entre la línea defensiva y la del mediocampo, entre los centrales y el mediocentro merengues (digamos a la altura del árbitro), jugando de espaldas. Aquí es donde la diferencia entre el nueve falso y el puro se nota: Cesc podría hacer dos cosas: tirar una pared con Messi, para batir la línea de centrocampistas merengues, y que Messi encare a uno de los centrales de frente a la portería (casi un gol). Pero Cesc también podría recibir y girarse al mismo tiempo, en caso de que ninguno de los centrales salga de su posición para marcarlo (Cesc se percata muy bien de los movimientos de sus marcadores, incluso cuando están a sus espaldas), lanzar un pase entrelíneas para la ruptura del argentino. Así pues, Messi tendría un apoyo importantísimo para batir esas dos líneas rivales, pues Fábregas tiene mucha habilidad para jugar sin balón, amén de una calidad inigualable para el último pase.

     En el mes de agosto, leí un artículo interesante sobre Cesc y su inteligencia para jugar al balón, escrito por Martí Perarnau. Cuando leí ese artículo sobre la virtud que tiene Fábregas para jugar sin balón, que mostró en la Eurocopa, recordé el gol que anotó Cesc contra Italia, en el primer partido. Analizando este magnífico gol, podemos apreciar varias cuestiones, entre otras, la inteligencia de Fábregas para jugar sin balón. Lo primero que debemos decir es que Fábregas marca el gol como nueve puro, realizando una ruptura entre los centrales para recibir el pase al hueco de Silva. Pero hay que observar la posición inicial de Fábregas: está como mediapunta, en el carril del ocho. Observar en este vídeo que Fábregas comienza su ruptura, su desmarque en diagonal hacia la posición del nueve, cuando Iniesta recibe el balón de Xavi. Iniesta está de espaldas, recibe el balón en la mediapunta del callejón del diez, se da media vuelta, y toca para el Chino Silva, que prácticamente está en la posición del nueve y medio. Cuando el Chino se retrasa para girar hacia la portería, se da cuenta del desmarque de Fábregas y le tira un pase el hueco. Gran pase de Silva, sin lugar a dudas, pero el desmarque de Fábregas le facilita la labor a Silva, pues le 'indica' con su ruptura diagonal dónde debe tirar el pase al hueco. La gran mayoría de periodistas destacaron el pase de Silva y la definición de Fábregas, pero yo creo que lo más importante de esta jugada es el juego sin balón de Fábregas, pues lee perfectamente la jugada, intuye el cuándo y cómo debe realizar su ruptura, su coordinación espacio-temporal es impecable. La jugada no era fácil, darse cuenta de cómo se iba a desarrollar la jugada, desde el sector contrario, no era fácil, no obstante, como digo, cuando Iniesta recibe el balón, Cesc ya se está desmarcando para recibir el pase como nueve puro. En muchas ocasiones, el mérito de un gran pase es del RECEPTOR, porque le señala al emisor dónde y cuándo debe realizar el pase. Un buen receptor, alguien que sabe jugar sin balón, le facilita mucho los pases al emisor, si el receptor lee bien la jugada y sabe cuándo y cómo desmarcarse. Para que se realice un buen pase no sólo es necesario un buen pasador, sino también un buen receptor. (En muchas ocasiones sucede que un mal receptor estropea un buen pase.) Es muy importante saber jugar sin balón, y Cesc sabe hacerlo muy bien. 

   Un lector anónimo me preguntó por qué no estamos viendo al Cesc del Arsenal, la respuesta es sencilla, pero a la vez compleja. No estamos viendo al mejor Cesc, porque ahora juega casi siempre por delante del balón, mientras que en el Arsenal casi siempre jugaba por detrás del balón. Y evidentemente, no es lo mismo. No es lo mismo jugar por detrás del balón, que por delante de él. Se necesita una lectura distinta del juego, se necesitan virtudes distintas para contribuir al volumen de juego de un equipo. Xavi es el mejor jugador del mundo jugando por detrás del balón, no obstante, cuando juega por delante del balón, digamos de mediapunta, se pierde muchas veces, no sabe cómo continuar la jugada. Xavi es un iniciador de la jugada, no es un continuador. Iniesta es tan bueno jugando por delante como por detrás del balón, Iniesta puede ser un excelente iniciador de la jugada (aunque casi siempre, esta labor le corresponde a Xavi por obvias razones), pero Iniesta también es un continuador natural de la jugada. Fábregas era un iniciador de jugada en el Arsenal, era el mejor centrocampista organizador de la Premier, por su portentosa capacidad para lanzar cualquier tipo de pases, en diagonal, en corto, en largo, en estático, en carrera, Cesc siempre entendía cuál era el pase que requería su equipo, y lo ejecutaba casi siempre con una precisión de relojero. Era un maestro del pase. Siempre sabía cuándo había que abrir o cerrar, cuándo conducir y cuándo pasar, siempre sabía si tocar en corto o en largo, entendía perfectamente la secuencia de pases que requería su equipo, y la ejecutaba. Sobre todo, era destacable su capacidad para colocar los pases aéreos a las espaldas de las defensas, sin importar si la línea defensiva rival estaba colocada en el mediocampo, o en el balcón de su propia área. Cesc siempre encontraba el sitio perfecto para hacer daño con esos pases aéreos. 

   Como digo, Cesc en el Arsenal era un iniciador de la jugada, ocasionalmente era un continuador de la jugada, y también era un definidor, pero su labor principal era organizar el volumen de juego del Arsenal. En el Barcelona, ha ejercido pocas veces la labor de iniciar la jugada, casi siempre ha jugado como un continuador de la jugada, y como definidor. Cesc ahora está jugando más por delante del balón, mucho más de lo que jugaba en el Arsenal. Es obvio por qué: Xavi es el iniciador de la jugada, Xavi es el interior que juega por detrás del balón. Y yo no estoy muy de acuerdo en delegar esta labor solamente a uno de los interiores, yo estoy más por la labor de que sean los dos interiores los que realicen esta labor. Es decir, que sea unas veces el interior izquierdo, Iniesta, el que inicie la jugada, el que en determinadas fases del juego esté jugando por detrás del balón, mientras que el otro interior, digamos Xavi, sea el que esté jugando por delante del balón. Esto casi no ha ocurrido en el Barcelona, porque Xavi no es muy bueno jugando por delante de la pelota. Pero con Fábregas es posible que los dos interiores, Cesc e Iniesta, jueguen alternadamente por detrás y por delante del balón. Que unas veces sea uno el iniciador de la jugada, mientras que el otro sea el continuador, y viceversa. Esto hace menos previsible el juego blaugrana, digo yo. 


    Para mí, sin lugar a dudas, el mejor partido de Cesc Fábregas fue el que se jugó por el mes de febrero, contra el Valencia, en este partido, el Barcelona ganó por 5 goles contra 1. Fue un partido en el que el vértigo y el control firmaron un pacto de no agresión, se jugó con tanta intensidad y verticalidad, como control del juego. El Barcelona controló el partido durante 80 minutos, después del gol del Valencia. Prácticamente, el Valencia no pisó el campo del Barcelona, excepto en una jugada que finalizó Feghouli, y que atajó perfectamente Víctor Valdés. En cambio, el Barcelona creó más de 30 ocasiones de gol. Fue una combinación de vértigo + control. El balón circuló a una gran velocidad, no obstante, las pérdidas de balón fueron mínimas, y fueron siempre de alta calidad. Fue un partido vibrante en el que destacaron cuatro jugadores: Messi metió cuatro goles. Busquets realizó un partido imperial, apoyado en el inicio de la jugada por Iniesta y por Fábregas. Sí, porque Xavi no jugó este partido, entró de cambio por Iniesta en el minuto 85 y marcó el quinto. He platicado con mucha gente de este partido, todos conservan un buen recuerdo del partido, pero casi todos creen que Xavi jugó ese partido. Pues no, fue Fábregas el que jugó como interior derecho, casi siempre por detrás del balón, como jugaba en el Arsenal. Y lo bordó. 

     Sí, Fábregas realizó un gran partido jugando como interior derecho, estuvo magnífico en el inicio de la jugada, acompañando la jugada hasta el balcón del área, pero falló en la definición. Destacó en la conducción del balón, en su facilidad para lanzar pases al hueco (en ese vídeo no se ve un pase filtrado, raso, de unos cuarenta metros, que dejó a Alexis en un mano a mano frente a Diego Alves); sus rupturas y arrastres fueron pertinentes y realizados con solvencia, continuamente se recostaba a cualquiera de los costados para crear superioridad numérica, sus llegadas desde segunda línea fueron extraordinarias. A destacar cuatro jugadas de Fábregas: minuto 3:20, rompimiento y conducción de Fábregas por el callejón del ocho, es una lástima que no acabara en gol. No obstante, hay que ver cómo, dónde y cuándo inicia la ruptura Fábregas: está recostado a una banda, cuando ve que Mathieu deja su sitio para ir a marcar a Messi. En ese instante, cuando el balón todavía está en posesión de Alexis, Fábregas ve el hueco que ha dejado Mathieu, y realiza la ruptura en diagonal para aprovechar ese hueco. Messi recibe el balón, hace una pausa pertinente, se gira y toca a Fábregas. Gran jugada, gran lectura de los espacios por parte de Fábregas. 

     En el minuto 5:35, Fábregas estrella un balón en el travesaño, después de un pase de Iniesta. Observar dónde inicia la jugada Fábregas (minuto 5:26), observar cómo acompaña la jugada, siempre manteniendo el ritmo adecuado para llegar al pase de Iniesta en el sitio adecuado y en el momento adecuado. No se apresura ni se atrasa, va corriendo durante 50 metros a la velocidad justa, ni más despacio ni más deprisa, para llegar al lugar justo en el momento justo. Una lástima que ese disparo se estrellera en la madera. Minuto 6:27, gran conducción de Fábregas por el callejón del 10. Observar los cambios de ritmo y de dirección de Fábregas, que enloquecen a los defensas rivales, sobre todo a Albelda, que no sabe cómo marcar a Fábregas. Y Albelda no es precisamente un chaval sin experiencia. 

     Una de las cosas que más se le reprochan a Cesc Fábregas: que es demasiado vertical, demasiado vertiginoso. Yo no estoy de acuerdo, si bien Fábregas no es un controlador compulsivo como Xavi, sí es cierto que Fábregas está aprendiendo a controlar el juego cuando hay que controlarlo, sabe cuándo debe hacer una pausa (cosa que ya ha aprendido perfectamente Messi). En el vídeo del partido contra el Valencia, me llama la atención una jugada que ocurre en el minuto 4:43 de dicho vídeo. En esa jugada, que empieza con vértigo en la base, llega a Fábregas, quien hace una pausa (incluso lo comenta el narrador, en inglés), pues no ve claro el contragolpe, toca a Messi, quien también hace una pausa y después lanza el pase a Fábregas, que ahora sí, cuando ha visto el espacio, realiza una ruptura rápida. Vértigo y pausa, pausa y vértigo. Hay que saber cuándo hacer pausas, para encontrar espacios y ser vertiginoso. Quien lo hace perfectamente es Iniesta, Messi ya aprendió a hacerlo, Fábregas está aprendiendo. En el fútbol, demasiado vértigo produce descontrol, demasiada pausa provoca un juego muy predecible. El quid del fútbol está encontrar el balance exacto entre pausa y vértigo. Yo estoy seguro de que Fábregas podrá encontrar ese balance justo, tiene un maestro extraordinario: Iniesta. 

    En el vídeo ya citado contra el Valencia, en el minuto 2:34, se ve una cosa que me encanta: un rombo muy guapo. En la base está Busquets,  a sus lados tiene dos líneas de pases diagonales (como deben ser), en el interior izquierdo está Iniesta, en el interior derecho está Fábregas. En la mediapunta, como el cuarto hombre que forma el rombo, está Messi. Me gustaría ver muchas veces más este rombo. Creo que no funcionó mal. 

   No han tardado en salir los detractores pesimistas de Cesc Fábregas, cuando los cosas se han torcido un poco, cuando los resultados no han acompañado. Un 'periodista' culpó a Fábregas de la derrota contra el Chelsea. Yo no estoy de acuerdo, ese partido contra el Valencia, amén de algunos otros, y los números de Fábregas (15 goles y 20 asistencias en su primera temporada), no han sido tan catastróficos como para culparlo de todos los males del Barcelona. Habrá que esperar cómo se desenvuelve en esta temporada, de momento, no ha empezado mal (realizó un buen partido contra el Benfica, y contra el Sevilla estuvo aceptable). La temporada pasada no fue mala, a pesar de que nunca ha jugado en su sitio, que siempre ha sido el comodín para jugar en sitios a los que no está acostumbrado. La fórmula no es fácil, desde luego, pero yo estoy seguro de que Cesc tiene un sitio en este Barcelona. No sé si será el nuevo Xavi, o si cumplirá un rol más parecido al de Laudrup. Esto sólo lo sabe el Destino, espero que Tito se dé cuenta a tiempo.